Para un roto y para un descosido, para todo vale este director de recursos humanos. Durante sus jornadas en la oficina puedes verlo con traje y corbata atendiendo reuniones y tecleando en el ordenador, o desmontando armarios y limpiando trasteros con las mangas remangadas.
Aunque la cosa se tuerza cuando le toca cambiar una broca, este director es toda una joya.
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