Y es que este director es siempre el comodín de sus compañeros, ya que vale «tanto para un roto como para un descosido». La creatividad se dispara por sus poros cuando se pone a diseñar e innovar. El ordenador, su más leal escudero.
Quizá esté un poco harto de escuchar su nombre 80 veces al día, pero seguro que el cariño de sus compañeros le compensa.
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