Parece que las horas de trabajo no son suficientes para este equipo, pues una vez terminada la jornada laboral se empeñan en seguir juntos. Esta vez un partido de baloncesto les ha servido de excusa para reír, comer, beber y…. ¡bailar cual cheersleaders!
Seguro que no han pasado despercibidos por la cancha, y es que daba igual quien cogiera la pelota, la cuestión era animar, cantar y chillar. Solo les faltó saltar a la pista y coger las riendas del partido.
¿Cuál será la próxima aventura de este equipo?
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