Y es que este director de RRHH no cesa en su empeño de querer decorar cada rincón con una maceta. Tanto es así, que sus compañeros no precisan su compañía en IKEA por no quedarse sin espacio y oxígeno en el coche.
Eso sí, en todo lo que decora, con o sin macetas, reina el buen gusto.
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