Los come entre horas, le encantan por la noche e incluso se los desayuna. Ni qué decir tiene si encuentra algún canapé que lleve salmón en alguno de los numerosos afterwork a los que asiste: le alegran el momento, el día y la semana.
¿Qué tendrá este director de recursos humanos con el salmón? ¿Tendrá un desconocido origen nóruego?
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