Deportista de pro, juega al fútbol, al golf, al padel, pero no es por ello por lo que se le conoce con este futbolístico apelativo sino por su gusto por los tatuajes, como el gran jugador inglés.
Cuando desnuda los brazos y los exhibe, los dibujos y nombres asoman con toda la fuerza que la tinta les ha impreso.
Y es que hay caprichos que son para toda la vida.
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