Todos los días, sin excepción, se enfada. Uno de esos cabreos insignificantes pero que asustan a su equipo y a sus seguidores en redes sociales. Ya que, este director de recursos humanos, utiliza twitter como su vomitorio personalizado.
Nada nuevo.
Todos los días, sin excepción, se enfada. Uno de esos cabreos insignificantes pero que asustan a su equipo y a sus seguidores en redes sociales. Ya que, este director de recursos humanos, utiliza twitter como su vomitorio personalizado.
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