Los responsables de este salón se han puesto en contacto con cada uno de los asistentes para pedirles que comprueben si accidentalmente se han podido llevar los cascos y sobretodo las petacas que utilizaron para escuchar las conferencias.
Dichas petacas no sirven para ninguna otra cosa fuera del evento, pero han desaparecido muchas y supone un elevado coste para la organización, poniendo incluso en peligro la supervivencia del Salón y sus futuras ediciones.
Increíble pero cierto.
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