Estos compañeros decidieron hace tiempo, con el beneplácito de su jefe, celebrar dos fiestas en el año. La de verano (temática y refrescante) y la de Navidad (entrañable y divertida). Lo que no falta en ninguna de las dos, son las ganas de juntarse, charlar, comer, beber, bailar, reir y, hasta en alguna ocasión, llorar. Eso si, de alegría.
Pásenlo bien equipazo, se lo han ganado.
Los comentarios están cerrados.