No hay puerta, ni ventana, ni bisagra, ni tornillo, ni madera, que se le resista a este director de recursos humanos. Un auténtico maestro en el arte del bricolage. El mejor plan para él…invitarle a pasar una tarde en Leroy Merlin o en Ikea. O en su defecto, la ferretería de barrio.
Para gustos, los colores.
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