Es un adicto confeso al chocolate. Le gusta tomarlo al postre, acompañado de su café. Pero también a deshoras o incluso antes del almuerzo.
Lo mejor de tan dulce adicción, es que este consejero delegado reparte tabletas y bombones con sus empleados, ya sea en la hora de la comida o como presente tras un viaje.
No hay ‘duty free’ que se le resista.
Un dulcero empedernido.
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