Cariñoso, trabajador constante, deportista, buena persona, amigo de sus amigos, compañero de sus compañeros, pero este jefe de redacción se ha ganado a pulso su mote de «el abuelo».
Convicciones algo anticuadas, algún «refunfuñeo» de más, y eso de resistirse a calentar la leche de la mañana en microondas y preferir el cazo de toda la vida…le hacen un «yayo adorable».
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