Independientemente del tamaño, o quizás por ello, esta mujer es conocida con tan anfibio apelativo porque, además de no tener principios, ética ni dignidad, además de ser mentirosa, liante y mala persona, su boca es mucho más grande de lo normal, dándole un aspecto de lo más feo que uno pueda imaginar, aparte del hedor que emana, fruto de su halitosis perenne.
Eso sí, como suele suceder, cada roto tiene su descosido, pero de ese hablaremos otro día.
Los comentarios están cerrados.