Se ha ganado el mote a pulso. Ya sean las más complicadas las dificultades a las que se enfrente su equipo, siempre está ahí, arrimando el hombro, pendiente de todo, animando a conseguir los objetivos, con una sonrisa de oreja a oreja y una palabra de consuelo en caso de que haga falta.
Y es que a motivación nadie le gana. Como dice la canción, sigue siendo el rey.
Los comentarios están cerrados.