Llega el buen tiempo y este joven y simpático director de recursos humanos se enfuda sus gafas de sol. Pero no cualquieras. Unas de color amarillo «chillón» que le encantan.
Sostiene que fue un regalo que le hicieron cuando acudió al Open de Tenis de Madrid. Y, ya se sabe, a caballo regalado, no le mires el diente.
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