Nuestro reportero más acido y sagaz se merece, más que nadie, unos días de descanso.
Qué mejor que la Semana Santa para disfrutarla lejos de notas de prensa, convocatorias, textos, emails y rumores varios.
No sabemos si finalmente se marchará de la redacción. No sabemos si degustará torrijas o, en su defecto, pestiños.
Lo que sí sabemos es que ganarse esos días de relax, se los ha ganado.
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