Está claro que la situación de su empresa es la peor de toda su historia y, por lo que parece, a este director le quedan los días contados en ella, ya que el futuro económico es demasiado negro y no se ve solución a corto plazo.
Y es que, demasiadas veces, los puestos directivos son tan duraderos como un caramelo a la puerta de un colegio
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