No es actor ni se dedica a la pesca. No toca el acordeón ni tiene barco. Pero este directivo es clavadito al inolvidable personaje interpretado por Antonio Ferrandis.
Compañeros y familia le recuerdan su gran parecido casi a diario. Y él, pacientemente, tiene que aguantar aquello de «del barco de Chanquete no nos moverán…»
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