Como su carencia de ideas es notable, esta mujer se dedica a copiar los métodos, maneras, ideas, eventos, actividades, actuaciones, que otros realizan.
Además, como lo que vende es bastante escaso, antiguo, innecesario y poco interesante, se dedica a buscar clientes en su competencia, argumentando estúpidas y banales excusas y mentiras, pretendiendo que le compren algo absurdo.
Y es que ya lo dijo don Jacinto Benavente en su día: dichosos nuestros imitadores, porque de ellos serán nuestros defectos.
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