Sereno era el encargado nocturno de vigilar las calles y regular el alumbrado público y, en determinadas ciudades o barrios, de abrir las puertas. En algunas épocas y países, también solían anunciar la hora y las variaciones atmosférica. Era habitual que fuesen armados con una garrota o chuzo.
Pues en el sector de los recursos humanos también los hay que vigilan, abren y cierran las puertas. Y hasta dan la hora.
Eso sí, todo sereeeeeeno.
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