No se pierde uno. Está en todos los que le invitan, los que son de pago y aquellos en los que le piden su presencia como ponente, profesor o conferenciante. De hecho, hay días en los que acude a más de uno.
Y, lo verdaderamente importante, es que su departamento funciona como un reloj, le aprecian sus colaboradores y sus jefes le tienen en alta estima.
¡Todo un ejemplo!
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