Entrado en carnes y con carácter, este gestor de personas es como el famoso y televisivo cocinero: directo, claro, impulsivo y, en ocasiones, vehemente.
Eso sí, su capacidad de formar a su equipo, no tiene límites.
Entrado en carnes y con carácter, este gestor de personas es como el famoso y televisivo cocinero: directo, claro, impulsivo y, en ocasiones, vehemente.
Eso sí, su capacidad de formar a su equipo, no tiene límites.
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