Su valencianismo le viene de la época de su recién estrenado puesto de trabajo en una importante fábrica levantina, donde tuvo que vivir varios años en la bella ciudad del Levante.
Desde entonces, ha seguido muy unido a «la terreta» y, por primera vez, este año le han nombrado Fallero de Honor de una de las fallas que esta noche arderán bajo el fuego.
Que está contento y feliz es algo cierto, tanto, como que este año habrá pasado poco «caloret»
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