Cuando entras en su despacho te encuentras con una estatua, casi de tamaño natural, del famoso personaje de la Guerra de las Galaxias presidiendo la estancia.
Cuando, sorprendido, preguntas el porqué, la respuesta es fácil: es mi alter ego.
Conociendo a nuestro ejecutivo, sabemos que es tan buena gente que necesita apoyarse en el negro personaje para tener un lado malo.
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