Es tal su voracidad por recuperar sus inversiones y por obtener el beneficio que busca, que siempre está analizando números, viendo como marchan los resultados y pensando en el bonus que, cada año de manera generosa, le corresponde por los buenos rendimientos generados para su compañía.
Y es que ya se sabe el viejo refrán: SOY TODO LO QUE ROI
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