Se caracteriza por su elegancia y saber estar, aunque, a partir de ahora, tendrá que entender que «la arruga también es bella«. Ser un don Juan tiene sus ventajas y, por supuesto, de dirección del capital humano sabe mucho, ya sea con dos letras o de manera segura y vigilada.
Y, además, te lo puedes encontrar en un concierto de Mika o tomando un helado de mora.
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