Chupa cámara de manera vergonzosa en todos los actos a los que asiste, buscando situarse siempre al lado de la máxima personalidad del mismo para que, después, todo el mundo vea las imágenes y crea que tiene la importancia que no posee.
Además, intenta aspirar a dominar un sector en el que su empresa lo único que tiene es una pésima fama, entre otras cosas, porque sus acciones comerciales sólo consiguen agobiar a los posibles compradores que se sienten perseguidos por los vendedores agresivos que, a comisión y no empleados, buscan lo que no encuentran.
Y es que, como en tantas otras cosas, el factor humano es importante a la hora de tener clase, categoría, disitinción y elegancia de la que este directivo y su empresa carecen.
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