Los directivos españoles se muestran más reacios que los europeos a la hora de aceptar cambios de residencia por motivos laborales, ya que sólo un 13% estaría dispuesto a aceptar un traslado frente a un 27% en el caso de la UE, según el «Libro Blanco sobre las Mejores Prácticas Internacionales en Movilidad Geográfica Nacional e Internacional de Trabajadores», elaborado por IESE, Creade y Sagardoy Abogados.
En contraste con esta respuesta negativa, más acusada aún en el caso de los empleados españoles, el estudio destaca el valor de la movilidad geográfica como herramienta para reducir el paro, por lo que la considera «no un mero problema macroeconómico, sino también una necesidad social».
Según apunta el libro, «la labor de la empresa en la movilidad geográfica es necesaria», si bien, considera que los «frenos» existentes en España a la hora de alcanzar mayores niveles de movilidad geográfica «sólo se podrán superar con la conjunción de los esfuerzos de los otros actores en el mercado laboral», en alusión a los trabajadores.
Por otro lado, estos «frenos» resultarían del choque de dos tipos de intereses. Por un lado, los de la empresa, que ve en la movilidad una buena posibilidad de mejorar la flexibilidad y la competitividad, y, por otro, los del empleado, cuyo rechazo a la movilidad suele estar motivado por el «impacto» que ésta tiene en la organización de su vida familiar, personal y profesional.
El «Libro Blanco sobre las Mejores Prácticas Internacionales en Movilidad Geográfica Nacional e Internacional de Trabajadores» tiene como objetivo analizar los diferentes aspectos envueltos en la movilidad geográfica de los trabajadores, y supone el quinto trabajo resultado de la colaboración de las tres entidades desde 2002 para estudiar las mejores prácticas empresariales en aspectos de interés en la gestión de RR.HH..
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