Un estudio de Adecco Institute revela que, si en Europa se ralentiza el crecimiento de la economía, lo primero que se ‘recorta o congela’ son los trabajos para los jóvenes, mientras que si sucede lo contrario se invierte la tendencia.
Según el estudio, de término medio cada aumento o descenso del uno por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) afecta el ‘doble’ a las perspectivas profesionales de la gente joven en comparación con el conjunto de la fuerza laboral.
Por lo tanto, la juventud es el ‘doble de vulnerable’ a estos cambios, se concluye del estudio de Adecco Institute, grupo internacional de expertos dedicados al estudio del futuro del empleo.
No obstante, esa interconexión entre las tendencias del PIB y las tasas de desempleo entre los jóvenes difieren en gran medida en función del país.
Esto indica que las fuerzas de mercado no son el único factor que ejerce un efecto sobre la transición de los jóvenes al mercado laboral, sino que las instituciones y las políticas también juegan un ‘papel importante’, según el informe.
El desempleo de los jóvenes europeos representa casi el doble de la tasa de paro general en el mundo desarrollado.
Mientras que la aceleración del desempleo de los años 90 ha ido aminorando, los índices de paro de jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años se mantienen elevados y alcanzan casi el 18 por ciento en el conjunto de la Europa de los 27, se afirma.
Las diferencias entre los distintos miembros de la UE son ‘abismales’ en la materia: van desde el 20-30 por ciento en países como Polonia, Italia, Grecia y Francia; hasta el 7-9 por ciento en Dinamarca e Irlanda.
España mantiene una tasa de paro entre los jóvenes del 18 por ciento, mientras que Dinamarca para los expertos podría considerarse como un modelo a seguir en Europa: tiene índices muy bajos de jóvenes desempleados (7,5 por ciento) y entre adultos del 3,8%.
Otra de las revelaciones del estudio es que cada vez aumenta más la distancia entre las capacidades laborales de los jóvenes y las demandas de las empresas, lo que conlleva riesgo de una elevada tasa de paro y de escasez de conocimientos.
A esto los expertos añaden los problemas de transición que la juventud experimenta en el paso del sistema educativo al mercado laboral.
Como recomendaciones para paliar la situación se propone que todos los jóvenes reciban una educación y formación de calidad y que existan ‘coordinadores de transición’ en cada escuela de la UE que se encarguen de mediar entre el sistema educativo y la vida laboral.
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