RRHH Digital Una de las peores cosas que pueden acontecer en un país, es que una crisis económica se transforme en crisis de ilusión, crisis de compromiso, crisis de creatividad, de iniciativa…“crisis del espíritu”. Lo primero es pasajero…lo segundo, preocupante…
Y me da la impresión de que en cierta medida nos está pesando mucho una situación que atenaza el espíritu de los que ocupamos despachos, fábricas y campos de labranza, que se manifiesta porque consumimos energía en lamentar, y no en crear, involucrar, impulsar o liderar…
Desde meeting point, iniciativa de la Fundación Personas y Empresas queremos apoyar a todos aquellos que en situación complicada, como la actual, procuran sembrar ilusión y cosechar compromisos. Y para ello contamos con la experimentada ayuda de Renée Jablkowski. Ella es una experta en participación ciudadana, asesora de la ONU en estas cuestiones, y sabia en liderazgo para tiempos difíciles, o dicho de otra manera, en cómo pasar de ser espectador a posicionarnos como protagonistas en nuestras empresas, nuestras ONG, nuestras asociaciones de vecinos, nuestros negocios y nuestras vidas.
Renée impartirá el 22 y 23 de Octubre un taller en meeting point bajo el provocador lema de Espectador o Protagonista: Tú decides, compartiendo claves para que, cualquiera que sea el color de los acontecimientos, no perdamos la ilusión y tengamos la capacidad de colaborar en que otros no la olviden.
Reneé , vienes a menudo a nuestro país y conoces el complicado momento que tenemos en España. Tu eres argentina y allá también vivisteis la experiencia de los recortes, las pérdidas, y finalmente una cierta recuperación. Y aunque la naturaleza de situación no es la misma, creo que el desencanto y la falta de credibilidad de la ciudadanía, sí.
¿Crees que se pueden trasladar a otros países las experiencias positivas que vivisteis allí?
No creo que se puedan trasladar las experiencias positivas que hemos vivido aquí tal cual las hemos vivido porque, a pesar de compartir la cultura occidental y el idioma, cada país y cada grupo social tiene sus particularidades y singularidades político-económico-socio-psicológicas. Te diría incluso que cada familia y cada una de las personas de las familias muchas veces viven las situaciones comunes de la vida cotidiana de maneras diversas; de modo que, para responder a tu pregunta, te diría que lo que sí se puede – y, de hecho, es lo que trataremos de tener frente a nosotros como objetivo en nuestro curso – es trabajar de la misma forma en que lo hemos hecho en su momento en una de las mayores crisis que hemos enfrentado los argentinos, especialmente en la del 2001-2002.
Trabajaremos con los participantes del curso en el rescate de las potencialidades (conocidas o no) con las que cada uno de nosotros cuenta para enfrentar situaciones difíciles, incluso traumáticas, de modo tal que cada uno/a pueda descubrir los recursos psicológicos propios de los que dispone, con los cuales se pueden enfrentar mejor situaciones que parecen no tener salida y que no sólo obstaculizan la visión de futuro sino que impiden, además, encontrar los incentivos y motivaciones para enfrentar el día a día.
¿Qué hacemos las personas cuando la cosa va mal? ¿Nos asociamos? ¿Nos aislamos?
Depende claramente de las personas, de la forma de reaccionar de cada uno. Nuestra manera de trabajar toma en cuenta las singularidades de las personas, incluso cuando trabajamos en grupo. Hay personas que, por sus características de personalidad, tienden a aislarse, en tanto que otras tratan de compartir sus dificultades. Mi manera de pensar es que siempre cuatro ojos ven más que dos, y en un grupo, si se da lugar a lo que cada persona piense, ya sea positiva o negativamente, y si se puede organizar ese conjunto de posturas individuales dando forma a un “pensamiento grupal”, el proceso siempre será muy enriquecedor para el hallazgo de recursos internos que serán muy valiosos para enfrentar los cambios. Todo esto lo expreso teniendo en cuenta que las crisis siempre demandan e imponen cambios personales y comunitarios.
¿Hace falta el desconsuelo y la necesidad para que aparezca la solidaridad?
Es muy común que, en la mayoría de los casos, los seres humanos necesitemos pasar por situaciones difíciles, situaciones de “desconsuelo” como tú dices, no sólo para que aparezca la solidaridad, sino también para que se nos “sacuda” del lugar estructurado en una cierta comodidad que invita a un “dejarse estar”, para obligarnos a movernos de ese sitio, atravesar un tiempo corto o largo de incomodidad – y también de sufrimiento por el desconsuelo y la desesperanza – para labrarnos otro sitio, de una “comodidad” diferente, más rica y sustentable que la posición subjetiva que teníamos antes de enfrentarnos con la situación de “desconsuelo y necesidad”.
¿Qué aprendieron los argentinos después de una etapa como la que pasaron?
No me resulta fácil responder a tu pregunta acerca de qué aprendieron “los argentinos”; por una parte, porque tendría que responderte por boca de los escritores que han escrito acerca de las crisis argentinas, y no alcanzarían las páginas para eso; y, por otra parte, porque insisto en que cada grupo social – en este caso, los diferentes colectivos argentinos (dependiendo de su ubicación social, de sus características psicológicas y educativas, etc.) – hemos aprendido seguramente muy diferentes cosas. Tal vez, y para darte una idea general, aunque no sea un enfoque acorde con mi “gusto”, te diría que se ha instalado en la sociedad un “saber” – a veces bueno y otras veces no tanto – del estilo de “hemos pasado por tantas que también saldremos de ésta”, cualquiera sea la situación de la que se trate. Pero insisto en que una respuesta más concreta debería ser enormemente extensa dado que, como te comentaba más arriba, “cada quien es cada quien” y, según mi punto de vista, las generalizaciones no son buenas a la hora de reflexionar en temas tan complejos como éstos.
¿Qué crees que habremos aprendido los españoles cuando esto termine?
Espero que cada español pueda sentir no sólo que pudo salir de la crisis, que pudo atravesarla, sino que podrá “leer” su historia y la de su época de una manera diferente a la manera en lo que lo había hecho hasta el momento. Y que todo esto significará también un enriquecimiento para la sociedad española en su conjunto.
Cuéntanos por favor qué crees que se llevarán a casa las personas que realicen el taller:
La verdad es que es una incógnita para mí saber qué se llevarán a casa luego de realizar el taller. Espero poder conocer ese “dato” unos meses después de realizado el curso; y me gustaría, en ese momento, tener noticias por boca de ellos mismos qué consideran ellos que se han llevado.
Sí podría decirte qué es lo que llevo al taller, cuál es mi expectativa, y espero que de verdad se pueda cumplir: que cada participante pueda pensar genuina y auténticamente en sus motivos de preocupación, tanto a nivel familiar como laboral y de esparcimiento y, a partir de ese punto, que pueda encontrar a nivel individual y/o grupal nuevos recursos simbólicos, nuevas potencialidades psicológicas para sentirse fortalecido, de modo tal de encontrar motivaciones e incentivos para ser protagonista creativo – y no sólo observador – del nuevo momento que le toca vivir, encontrando y produciendo fuentes del mejor “bien-estar” posible en la nueva sociedad en la que ha de participar.
Espectador o Protagonista: Tú decides.
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