Los trabajadores mayores de 55 años son una parte fundamental de nuestra fuerza laboral, aportando una vasta experiencia y conocimiento acumulado a lo largo de sus carreras. Sin embargo, a menudo enfrentan numerosos desafíos y estereotipos que dificultan su integración y permanencia en el mercado laboral.
A pesar de su valiosa contribución, estos profesionales suelen ser percibidos erróneamente como menos adaptables a nuevas tecnologías y metodologías, y se cree que su productividad y capacidad de innovación son inferiores a las de sus colegas más jóvenes.
En el último Coffee Break se trató esta temática y una de las entrevistadas fue María Leal, fundadora y CEO de Plennio, la empresa de medidas de conciliación para empleados con familiares mayores que mejoran el bienestar de los empleados.
«Hay un alto porcentaje de la población española que tiene más de 60 años y que posee una experiencia acumulada que es fundamental para que las empresas puedan seguir trabajando», expresa Leal.
La discriminación laboral por edad es especialmente notable en mujeres y trabajadores menos cualificados, quienes a menudo enfrentan mayores barreras para mantenerse en el mercado laboral. Las mujeres mayores, en particular, suelen ser víctimas de prejuicios tanto por su edad como por su género, lo que agrava su situación de vulnerabilidad.
Los trabajadores con menor cualificación se ven afectados por estereotipos que subestiman su capacidad de aprender y adaptarse a nuevas tecnologías y metodologías. Para escapar del edadismo en las organizaciones, es crucial implementar políticas inclusivas que promuevan la igualdad de oportunidades, ofrecer programas de capacitación continua y sensibilizar a los empleados sobre los beneficios de una fuerza laboral diversa en términos de edad.
«Debemos buscar medidas que lo que hagan sea apoyar a cada una de las generaciones»