En un entorno empresarial en constante cambio, la formación de los trabajadores se ha convertido en una herramienta fundamental para el éxito de las organizaciones. Invertir en el aprendizaje y desarrollo de los empleados no solo permite mejorar sus habilidades y conocimientos, sino que también contribuye a aumentar la productividad, la innovación y la competitividad de la empresa.
«Es nuestro deber como empresas contribuir al aprendizaje de nuestros profesionales, para que puedan seguir formándose y adquiriendo habilidades, alimentar su curiosidad y seguir avanzando a la misma velocidad a la que nuestro entorno avanza hoy en día» explica Natalia Grijalba.
Es esencial que las organizaciones aborden todas las necesidades actuales y futuras de sus profesionales, centrándose tanto en los aspectos técnicos como en las habilidades tecnológicas.
Tendencias actuales en formación
Gracias a la inteligencia artificial, podemos ser más eficientes y llegar a un mayor número de personas. Además, permite a las empresas crear procesos de aprendizaje a medida, adaptados a las características individuales de cada profesional. Esta personalización no solo optimiza el proceso de aprendizaje, sino que también asegura que cada empleado reciba la formación más relevante y efectiva según sus necesidades y habilidades específicas.
«La flexibilidad se debe mantener porque nuestros profesionales la necesitan», confiesa la entrevistada.
Desde EY han puesto un gran énfasis en utilizarla para hacer que los departamentos de formación y desarrollo sean más eficaces, así como para capacitar a los profesionales en todas las nuevas tecnologías. «Cada persona es única y tenemos que ser capaces de identificar cómo aprende cada una de ellas para poder ofrecerle unos itinerarios personalizados» comenta la entrevistada.