El activismo corporativo ha emergido como un fenómeno significativo en el mundo empresarial en las últimas décadas. En lugar de limitarse a maximizar beneficios económicos, las empresas ahora son cada vez más conscientes de su impacto en la sociedad y el medio ambiente. Este cambio hacia la responsabilidad social empresarial ha impulsado el activismo corporativo, donde las empresas adoptan posiciones claras en temas sociales y medioambientales, y utilizan su influencia y recursos para promover cambios.
Desde RRHHDigital, hemos tenido la oportunidad de hablar con Germán Cuenca, CEO de Ethikos 3.0, una organización líder en el mundo de la diversidad y el activismo corporativo. Con una amplia experiencia en el campo, Germán nos comparte su visión sobre el activismo corporativo y su relevancia para las organizaciones en la actualidad, así como algunos consejos valiosos basados en su experiencia.
Para aquellos que pueden no estar familiarizados, ¿qué es el activismo corporativo y por qué es importante para las organizaciones en la actualidad?
El activismo corporativo es un enfoque empresarial en el que las organizaciones se posicionan como agentes de cambio positivo en cuestiones que afectan a la sociedad en general y a sus grupos de interés. Es una respuesta al creciente llamado a la responsabilidad social y ambiental de las organizaciones. En lugar de centrarse únicamente en la obtención de beneficios económicos, las organizaciones que adoptan el activismo corporativo tienen un propósito bien definido que se basa en valores y principios.
Esto implica considerar a las personas trabajadoras y otros grupos de interés en la toma de decisiones para generar impactos positivos en la sociedad, el medio ambiente y la economía. La importancia radica en que el activismo corporativo no solo es una responsabilidad ética, sino que también puede impulsar la sostenibilidad de la organización a largo plazo y fortalecer su reputación, además de frenar la devastadora crisis climática que nos viene encima.
¿Cómo se diferencia el activismo corporativo del activismo de marca y por qué es relevante esta distinción?
Es una pregunta crucial. Por un lado, el activismo de marca se centra en mejorar la imagen pública de la organización y en la construcción de su reputación. Puede implicar acciones como campañas publicitarias con fines benéficos, donaciones caritativas o participación en eventos sociales.
Por otro lado, el activismo corporativo va más allá. No se trata solo de mejorar la imagen de la organización, sino de introducir cambios significativos en el núcleo del negocio para abordar desafíos sociales y ambientales.
Esto significa que el activismo corporativo tiene un impacto más profundo y sostenible en la sociedad, el planeta e incluso la misma organización. La distinción es relevante porque refleja la autenticidad y el compromiso real de una organización con la sostenibilidad y la responsabilidad social.
Desde tu experiencia en Ethikos 3.0, ¿puedes compartir el ejemplo más reciente de cómo el activismo corporativo ha llevado a cambios significativos en las organizaciones?
En colaboración con Leroy Merlin, hemos respaldado activamente su política de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI). Nuestra iniciativa no se limitó a cumplir cuotas, sino que buscamos un cambio profundo en la mentalidad corporativa, promoviendo la diversidad en todas sus dimensiones, desde la alta dirección hasta los/as colaboradores/as. El impacto de esta política va más allá de la organización, influyendo en toda la sociedad y promoviendo un ambiente de trabajo más inclusivo y equitativo.
¿Cómo puede una organización fomentar el activismo corporativo entre sus colaboradores/as y convertirlos en cómplices del cambio?
Para fomentar el activismo corporativo entre los/as colaboradores/as, primero es importante que la alta dirección muestre un liderazgo sólido en sostenibilidad y responsabilidad social. Los/as colaboradores/as tienden a seguir el ejemplo de sus líderes. Además, es esencial involucrar a los empleados en la toma de decisiones y en la definición de la visión y la misión de la organización en relación con la sostenibilidad. Esto les dará un sentido de propiedad y propósito en su trabajo.
La capacitación interna es clave. Los/as colaboradores/as deben entender los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y su contribución a ellos, mediante programas de formación y comunicación efectiva.
Finalmente, reconocer y recompensar a los empleados por su compromiso y contribuciones a la sostenibilidad es fundamental para mantener su motivación y apoyo al activismo corporativo.
¿Qué consejos le darías a las organizaciones que desean adoptar el activismo corporativo en su cultura empresarial?
Mi principal consejo sería que comiencen por definir claramente su propósito y valores. Esto servirá como la base de su compromiso con el activismo corporativo. Luego, deben involucrar a todos los niveles de la organización, desde la alta dirección hasta el personal de nivel de entrada, en la toma de decisiones relacionadas con la sostenibilidad.
La comunicación efectiva es esencial. Las organizaciones deben comunicar de manera transparente sus objetivos, logros y desafíos en materia de sostenibilidad tanto interna como externamente. Esto construirá confianza y credibilidad.
Además, las organizaciones deben buscar alianzas y colaboraciones con otros actores de cambio. Por ejemplo, el movimiento B-Corp es un ejemplo claro de activismo corporativo, el cual motiva a los/as colaboradores/as de distintas organizaciones a generar cambios e impactar de manera positiva a la sociedad, desde su lugar de trabajo.
Es importante aclarar que, a través de la colaboración, podemos lograr un impacto más significativo.
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