Nacido en Úbeda, casado y padre de dos hijos. Es Doctor “cum laude” en Ciencias del Trabajo, Licenciado en Derecho -especialista en Derecho Público- y Abogado. Es profesor honorífico de la Universidad Complutense de Madrid y profesor-coordinador titular del Máster de Responsabilidad Social de la Universidad de Alcalá de Henares. Ha sido profesor invitado del Instituto for Executive Development (IEDE), de la Universidad San Pablo CEU, del Instituto de Empresa y de diferentes escuelas de negocios.
Sólo ha trabajado en MAPFRE, donde ha ocupado diferentes puestos de alta dirección. Ha sido Presidente de la Unidad de RRHH y actualmente es Director General de Comunicación y Responsabilidad Social del Grupo, así como Vicepresidente del Instituto MAPFRE de Acción Social. Es Consejero de MAPFRE FAMILIAR S.A.
Autor de un ensayo sobre las personas y las empresas titulado «El Reloj de Arena. La Mística de los Recursos Humanos» (Pearson Educación – 2003). Coautor del libro «Expertos en Personas» (Pearson Educación – 2004). Autor de un ensayo sobre los jefes, «Erase una vez … Jefes, jefazos y jefecillos» (Pearson Educación – 2005). Autor de «Aproximación a la RSE: Reflexiones y propuesta de un modelo» (2007) y de «El penúltimo escalón, el misterioso afán por ser directivo» (Pearson Educación – 2008).
“El penúltimo escalón” es su último libro, con el que cierra la trilogía comenzada con “El reloj de arena” y que continuó con “Jefes, jefazos y jefecillos”, ¿cuál de los tres le costó más escribir?
Aunque no mucho más que los otros dos, El Reloj de Arena me costó sudor y tiempo. Era el primero de la trilogía y en el que se contenían las bases de los que vendrían más tarde.
Doctor en Derecho, profesor en escuelas de negocio, escritor, ex director de recursos humanos, experto en responsabilidad social corporativa, patrono de la Fundación Antonio Gala, jugador excelso de golf y forofo del Betis. ¿Qué actividad de todas ellas es la que más le satisface y cuál la que más alegrías le produce?
Ser del Betis, aunque no forofo, es una filosofía de vida que llena mi existencia de buen humor. El golf me divierte, y, por encima de todo, mi familia y mi trabajo me ayudan a crecer como persona y profesional. Por cierto, escribir me gusta tanto como comer huevos fritos con patatas, tomate y ajitos. Lo más.
¿Cuál es mensaje que quiere transmitir con “El penúltimo escalón”?
Cualquiera de mis libros son un conjunto de reflexiones hechas desde la experiencia y la honestidad intelectual, única forma -creo yo- en la que cabe decir o escribir cosas. Con sentido común, he querido desentrañar el papel que hoy juega el hombre en las organizaciones. Las personas me preocupan y me importan.
Según su experiencia y criterio, ¿cómo es un jefe perfecto?
Las empresas, como los hombres y las mujeres, sean jefes o no, estamos obligados a buscar la perfección, y ese es un empeño que no acaba nunca.
De todos los jefes que ha tenido, y aún tiene, ¿quién ha sido un ejemplo a seguir y por qué?
Me han enseñado todos, sin excepción. Y de todos he aprendido. Buscando el ejemplo siempre se encuentra al maestro, y eso me ha pasado a mí con mis jefes.
¿Qué es lo que nunca pueden hacer un jefe y colaborador?
Mentir y engañar, romper el hilo sutil que construye eso que se llama confianza y lealtad.
Dentro de las distintas actividades que ha desarrollado en su carrera profesional, ¿cuál de ellas le ha marcado más?
La responsabilidad que tuve en RRHH y la actual en Comunicación y Responsabilidad Social, donde aprendo todos los días.
En la actualidad es el Director General de Comunicación y RSC de Mapfre, ¿Qué es la Responsabilidad Social Corporativa y quién debe marcar sus directrices?
La RS debe asumirse como una herramienta de gestión empresarial. No es marketing social. La empresa del siglo XXI debe entenderse como una institución de servicio público con el adobo de un compromiso social creciente, y debe involucrar a todos los niveles de la empresa, liderados por la alta dirección.
¿Es tangible la RSC?
Tangible y medible, aunque necesitamos unificar los criterios de “reporting” y verificación.
¿Cree que la RSC es una moda que, como tantas otras en la empresa, acabará pasando?
La RS es el futuro. En los años venideros, no me cabe duda, las empresas serán responsables socialmente, o, probablemente, no serán. Así de claro.
¿Qué opina del Consejo Estatal de Responsabilidad Social de las Empresas?
El Consejo se constituyó formalmente el 20 de enero pasado, y, como tengo el honor de ser vocal, puedo decirle que nace con el decidido propósito de hacer bien las cosas y ser un auténtico foro de debate, trasladando a la sociedad las bondades de la RS. Todos sus miembros vamos a trabajar por una institución que es pionera en el mundo, conscientes de que estamos haciendo historia.
¿Qué le parece que más del 80% de las empresas del índice bursátil Ibex 35 aplican códigos de conducta, aunque en muchas de ellas la implantación sea relativamente reciente?
Muy positivo. Las empresas del Ibex son para otras muchas espejos donde mirarse. Aplicar códigos de buen gobierno o de conducta son apuestas por la transparencia.
Recursos humanos o comunicación y responsabilidad social, ¿qué le motiva más?
Todo lo que tiene relación con las personas me entusiasma, y tengo la fortuna de que en mis responsabilidades anteriores y actuales he podido disfrutar de esa relación.
Toda su trayectoria profesional la ha realizado en Mapfre. ¿Cree que hoy en día un caso de fidelidad a una empresa como el suyo es más difícil de encontrar? ¿Por qué cree que se produce ese escaso apego a “los colores” en la juventud actual?
Ahora es raro, no diré imposible. Los integrantes de las nuevas generaciones, creativos y multiculturales, son diferentes, y valoran los entornos de trabajo que sean flexibles, aunque no apuestan por el largo plazo. Nuestra obligación es hacer un esfuerzo por comprenderlos e integrarlos. Son el espléndido futuro.
¿Hacia dónde camina ‘lo laboral’ en España, en Europa y en el mundo?
Hacia empresas que se basan en valores y que, precisamente por eso, crean valor. Una tarea larga y difícil, como siempre lo fue a lo largo de la historia: Una generación ha de comenzar la batalla en la que otra ha de vencer.
Según su criterio, ¿qué es lo que más motiva a un trabajador?
Los empleados se motivan si somos capaces de involucrarlos en ese proyecto común llamado empresa, a través de la comunicación, la equidad y de políticas de conciliación e igualdad.
A lo largo de su trayectoria profesional ¿de qué se encuentra más satisfecho, de qué menos y qué es lo que le falta por realizar?
He tenido la fortuna de crecer al tiempo que lo hacía con mi empresa. Esa circunstancia me ha procurado oportunidades impensables. He dirigido muchas y diferentes áreas empresariales, y eso es algo que no se tiene ni todos los días ni en todas las empresas. Los ratos malos, a estas alturas, se olvidan.
Tras “El penúltimo escalón”, ¿tiene pensado escribir algún nuevo libro?
Creo que escribiré sobre la pérdida de talento que suponen las muchas e inexplicables prejubilaciones. Un tema que me preocupa y me inquieta.
¿Quién es su autor preferido?
Leo poca novela, pero mucha historia, filosofía y ensayo. Los clásicos han sido y son mis favoritos. El management no es nada si olvida a los autores que moldearon al hombre y a la mujer a lo largo de nuestra historia.
¿Qué le queda por hacer en su faceta profesional y en la literaria?
Seguir aprendiendo con el trabajo diario; implantar modelos de RS y luchar por una comunicación veraz y comprometida. Y, como me gusta la enseñanza, compartir experiencias en clases y conferencias. Leer todo lo que pueda. Y, siempre, escribir, escribir y escribir.
1 comentario en ««Un jefe no puede mentir y engañar, romper el hilo sutil que construye eso que se llama confianza y lealtad»»
Como esta entrevista me ha parecido muy enriquecedora permitanme, poner algo que me ha sugerido; El secreto de la voluntad está también estrechamente ligado al reconocimiento de que la bondad es invulnerable y al inevitable triunfo final del bien.
Muchas Gracias
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