Licenciado en Ciencias Empresariales por ICADE, y en Filosofía Psicología y Arte por la Universidad Complutense de Madrid, José Luis Relea comenzó su carrera profesional como consultor en IOSA, empresa consultora de Organización y Reclutamiento. Posteriormente fue Responsable de Selección y Formación de Personal en Altos Hornos del Mediterráneo. A continuación ocupó posiciones de responsabilidad en la farmacéutica SmithKline y en R.J. Reynolds Tobacco; en esta última permaneció diez años como Director de Recursos Humanos para el sur de Europa. Durante siete años, de 1.990 a 1.997 pasó al sector energético, como Director de Recursos Humanos en Campsa / CLH y Responsble de Operaciones del área internacional de Repsol. En 1.997 llega a Altadis para ocupar la posición de Director de Recursos Humanos.
¿Cuál fue su primera experiencia laboral?
Ante la falta de salidas profesionales para los recién titulados ya entonces, año 1972, decidí arriesgarme a montar una empresa de consultoría en recursos humanos en Oviedo, campo prácticamente inexistente en aquellos momentos. Fue una experiencia absolutamente gratificante y positiva, de la cual surgió mi primera oferta de trabajo en una de las mayores empresas en aquel momento en España, Altos Hornos del Mediterráneo.
¿Qué entiende por recursos humanos?
Es una función dentro de la empresa que debe ser la garante no sólo de la cantidad y calidad del capital humano, sino aquella que ayuda a definir un estilo, una cultura, el ADN más adecuado para cada proyecto de negocio y en cada momento de su evolución.
¿Quién es mejor gestor de recursos humanos, el hombre o la mujer?
El debate hombre mujer en el campo profesional me parece estéril. Solamente existen profesionales buenos o no tan buenos, cada cual, hombre o mujer, con sus características especiales de personalidad, sensibilidad, empatía y entrega, que son las que definen la calidad del profesional. Sí podemos decir que hay funciones en las que, estadísticamente, hay mayor porcentaje de hombres o de mujeres, y es precisamente en recursos humanos donde el porcentaje de mujeres es mayor que en otras.
¿Qué le falta y qué le sobra a la función de recursos humanos?
La evolución de la función de recursos humanos le ha llevado, a mi entender, a apartarse de la dinámica de la solución de problemas y de la participación en la gestión del día a día del negocio, para llevarla hacia niveles que la pueden situar como algo sofisticado y esotérico, y alejado de la realidad, con tintes de poco práctica. No sólo debe ser “high thinker”, necesita también ser “problem solver”.
¿Forma parte del Comité de Dirección?
La función de recursos humanos sí forma parte del Comité de Dirección y, a mi entender, así debe ser, ya que una de sus funciones importantísimas es, estando fuera de los departamentos operativos, hacer de observador e influir al máximo nivel en la orientación de los cambios necesarios en cuanto a negocio y personas, que sólo una función integrada al máximo nivel puede estar en condiciones de dar.
¿Cuál es el mejor aliado del área de recursos humanos en la empresa?
El área de recursos humanos sólo tiene sentido si está investida de autoridad y en plena sintonía con el máximo nivel de decisión de la empresa.
¿Cómo está organizado su departamento?
Si bien cada vez más trabajamos por proyectos en equipo, recursos humanos tiene cuatro áreas de especialización: una más técnica, prevención y salud laboral, y las tres restantes son administración e información, reclutamiento y desarrollo, recursos directivos, relaciones sindicales y servicio jurídico laboral.
¿Dentro del departamento, qué área le gusta más y cual menos?
Cada una cumple su función específica, y por tanto no hay diferencia objetiva en cuanto a mis gustos, pero unas son más estratégicas (recursos directivos o selección y desarrollo) y otras más tácticas, pero absolutamente imprescindibles y tan necesarias como lo son el resto de áreas.
¿Cree que un director de recursos humanos puede llegar a ser presidente de una compañía?
Tengo varios ejemplos muy significativos de colegas que han llegado a estos niveles, pero hay que reconocer que son la excepción. En mi opinión, un responsable de recursos humanos que funcione como socio del negocio y como auditor y orientador de los cambios, tanto en el negocio como en las personas, puede estar perfectamente capacitado para llegar a ser máximo responsable de una empresa. A esto hay que añadir que, cada vez más, la diferencia en las empresas la marca su gente, su visión y la capacidad de entusiasmo que genere tanto el proyecto como el equipo directivo. En este sentido, el responsable de recursos humanos tiene un plus para llegar a este tipo de puestos teniendo en cuenta que debe ser el especialista en estas materias.
¿Qué es lo que más motiva a un trabajador?
Hay múltiples y variadas encuestas y con resultados diferentes para responder a este pregunta. Mi experiencia personal es que los trabajadores más motivados, al margen de tener una remuneración adecuada, son aquellos que creen en el proyecto de la empresa y se sienten reconocidos y necesarios para el desarrollo de dicho proyecto.
¿Hay algo que profesionalmente hubiera querido hacer y no ha podido?
Empecé en recursos humanos y toda mi carrera profesional se ha desarrollado en este campo, pero tengo que reconocer que el área comercial siempre ha sido mi debilidad.
¿Su mayor satisfacción profesional?
Haber contribuido en primera línea a la transformación de dos monopolios nacionales, Campsa y Tabacalera, en dos empresas modernas y competitivas como son CLH y Altadis. Y esto desde una posición muy difícil como es recursos humanos, en situaciones en las que han sido necesarios procesos de reestructuración que han llevado a cierres de centros de producción, incluso considerados como símbolos históricos, y a prescindir de un gran número de personas.
Pero sin duda, lo más difícil y mi mayor satisfacción ha sido participar en el cambio de cultura y ayudar a crear una multinacional española con 28.000 empleados en todo el mundo, partiendo de un centenario monopolio del tabaco, mientras que en el resto de Europa, todos esos monopolios del tabaco, sin excepción, han desaparecido.
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