A nadie le gusta equivocarse, especialmente en el trabajo. Aun así, los errores forman parte de lo que significa trabajar en una organización innovadora y hacer cosas nuevas por primera vez. Si no tratamos de mejorar experimentando con nuevas ideas o enfoques, corremos el riesgo de quedarnos desfasados.
Como nuestro CEO, Hiroshi Mikitani, apunta: “No tengáis miedo a equivocaros. Un error puede ser una nueva fuente de información. Es mucho peor alejarte de los cambios por miedo a cometer un error”. En vez de ver las equivocaciones como un signo de fracaso, deberíamos verlas como oportunidades para aprender. En definitiva, es mucho mejor aprender de un error que evitar tomar riesgos y acabar saliendo del terreno de juego.
Rakuten ha tomado muchos riesgos a lo largo de los años. Las adquisiciones globales y la expansión del marketplace que hemos emprendido, por ejemplo, no fueron un camino de rosas. No podíamos garantizar que nuestro modelo de negocio tuviera éxito en todos los mercados que entrábamos, pero el coste de oportunidad de no perseguir nuestra visión de un mercado global era mucho mayor.
Recientemente, tomamos el riesgo en la ‘Anglosajonización’ (Englishization) del negocio. En 2010, se decidió que el inglés sería el idioma principal de toda nuestra empresa en tan sólo dos años. En ese momento, no todo el mundo en Rakuten podía hablar inglés con fluidez. Sabíamos que, al principio, la iniciativa nos haría frenar y que también nos arriesgábamos a perder talento o a personas adversas al cambio, sin embargo, era el camino necesario para mantener un negocio verdaderamente global. Mejor que invertir horas traduciendo contenidos e intercambiando llamadas con traductores, la ‘Anglosajonización’ nos permitiría reducir costes y, aún más importante, tiempo en la toma de decisiones de negocio globales.
No todos los errores son iguales
Un error pasivo es el resultado de una omisión. Es una consecuencia de no tomar medidas cuando debes hacerlo por miedo a ‘sacudir las aguas’ o hacerlo mal. Es muy fácil nombrar empresas que han cometido errores pasivos por estar demasiado acomodadas mientras start-ups ágiles y competidores se comen su cuota de mercado a través de la adopción de un enfoque diferente o arriesgando con un nuevo tipo de producto o servicio.
En la industria del entretenimiento, un sinfín de tiendas de alquiler de vídeo han sido víctimas de los servicios de vídeo a la carta. El error pasivo de no reconocer una oportunidad de crecimiento impulsada por las nuevas tecnologías y un cambio en los hábitos del consumidor, significa que estos negocios rápidamente se han visto desfasados, ya que han aparecido start-ups que atraen a los clientes con una oferta más competitiva.
Al contrario, un error activo es el resultado de un cambio. Estos pasan cuando las empresas se cuestionan las prácticas habituales e intentan dar un enfoque distinto. Para innovar y crecer, los negocios deberían favorecer los errores activos. Es importante alentar a los empleados para que desafíen el status quo, tomar riesgos y probar cosas nuevas. Cuando las cosas no van como se esperaba, no debería ser visto como un fracaso, sino como una oportunidad para evaluar lo que salió mal y aprender de ello para que no vuelva a ocurrir.
Asume riesgos
Ya sea entrar en un mercado extranjero, experimentar con una gama de productos diferente, o implementar nuevos canales de ventas y marketing por primera vez, tomar riesgos calculados es parte de la innovación empresarial. Para motivar a los empleados a experimentar y tomar riesgos, las compañías deben fomentar esta cultura desde arriba hacia abajo. La innovación y la creatividad no van a surgir en un ambiente donde los trabajadores tienen miedo a proponer nuevas ideas por si crean problemas porque no funcionan como se esperaba.
Por supuesto, esto no significa que debas dar el primer paso cada vez que alguien tenga una nueva idea. Es importante probar el agua antes de saltar. Esto te dará la oportunidad de identificar problemas y hacer ajustes cuando sea necesario y así asegurarás que la iniciativa sea exitosa. A partir de entonces, es vital vigilar de cerca cómo funcionan las cosas, para que puedas conocer mejor qué va bien y qué no, y aplicar esas lecciones en próximas ocasiones.
Evita ‘hacer negocios como siempre’
Tomar riesgos requiere convencimiento y confianza, así que es importante recordar que no asumirlos representa una amenaza mucho mayor para las empresas que probar algo diferente. Permanecer quietas y seguir haciendo los negocios como siempre puede hacer perder oportunidades potenciales a las organizaciones, ya que se habrá reaccionado con demasiada lentitud a los acontecimientos importantes del mercado, tales como un cambio en los gustos o hábitos de compra del consumidor. No aprovechar la evolución del mercado puede tener un impacto considerable en la reputación y la cuota de mercado de una empresa.
En el campo de la electrónica de consumo, que se mueve tan rápido, hemos visto varios fabricantes de teléfonos móviles con un pie fuera después de no haber sacado provecho de la tendencia de los smartphones y de los dispositivos de consumo en el lugar de trabajo. La falta de experimentación con diferentes líneas de productos, costaron muchas ventas a estas empresas y abrieron la puerta a que marcas como Apple y Samsung se colaran y tomaran una mayor cuota de mercado.
Ejemplos como este subrayan porqué es tan importante que un negocio no pare de buscar maneras de mejorar y crecer, haciendo las cosas de forma diferente o aprovechando nuevos mercados y cambios de hábitos en los consumidores. El mayor error que las empresas pueden cometer es rechazar nuevas ideas simplemente porque puede que no funcionen. En pocas palabras, nunca sabes qué puedes hacer hasta que lo pruebas.
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