Actualmente, en España existen 1,45 millones de ciudadanos, correspondiente al 4,8 por ciento de la población de 16 a 64 años, con discapacidad. Entre ellos, sólo el 36,6 % tiene un empleo. Estos datos, recientemente publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en la encuesta «El empleo de las personas con discapacidad», indican que la tasa de actividad de personas con discapacidad es 40 puntos inferior a la de la población sin discapacidad, que se sitúa en el 77%, lo que debería hacer reflexionar sobre el tema de empleo, discapacidad e inclusión. La incorporación de personas con discapacidad al mundo laboral seguirá siendo difícil, por no decir imposible, si no se realizan primero acciones para posibilitar la accesibilidad, y, de esta forma, mejorar los accesos a las instalaciones y servicios, eliminar las barreras arquitectónicas y asegurar la accesibilidad integral a las oficinas y lugares de trabajo en general.
Desde mi punto de vista, poco a poco la sociedad va siendo más consciente de esta necesidad, y uno de los primeros pasos llevados a cabo para conseguir este objetivo ha sido la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social, aprobada recientemente por el Consejo de Ministros. Esta norma garantiza la integración real, incluyendo la protección de las personas con discapacidad en todos los ámbitos, desde la igualdad de oportunidades, hasta el ámbito del empleo y la ocupación. La publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de dicha Ley, coincidió además con la conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el pasado 3 de diciembre. Otra iniciativa que tiene como meta es fomentar la comprensión de los asuntos relativos a la discapacidad, enfatizando sobre todo una visión de igualdad que haga de España un país en el que tener una discapacidad no sea sinónimo de impedimento, sino una condición diferente, con la cual la persona pueda de igual modo llevar adelante un desarrollo profesional pleno.
En particular, el artículo 43 de la Ley introduce el tema de la inclusión laboral de las personas con discapacidad, centrándose en los centros especiales de empleo y en los servicios de ajuste personal y social que permitan ayudar a superar las barreras. La accesibilidad integral en las oficinas se hace posible gracias a la supresión de barreras para facilitar el acceso a personas con discapacidad o movilidad reducida, para crear un entorno de trabajo cómodo, para todas aquellas personas –empleados, clientes, proveedores, etc.– que acuden a la empresa.
Garantizar la plena accesibilidad a las oficinas y lugares de trabajo es un reto de la sociedad actual. Todo ello supone una inversión que beneficia a las empresas, puesto que mejora el rendimiento laboral. De hecho, la habilidad de la empresa para valorar las diferencias individuales les permite tener una ventaja competitiva frente al mercado y mejorar la calidad de sus empleados. Las personas con discapacidad son los trabajadores más motivados y productivos que hay, así lo afirman numerosos empresarios. Además, las experiencia demuestra que desarrollan un alto compromiso con las tareas asignadas. Para ellos trabajar no es una obligación, sino un derecho a la realización personal.
El paradigma de la “Responsabilidad Social Empresarial” supone un concepto de negocios que incorpora armoniosamente la gestión de empresa, el respeto por los valores éticos y las personas. La realidad de nuestro país nos demuestra que las personas que presentan alguna discapacidad, deben enfrentar una serie de obstáculos para encontrar un espacio en la sociedad. Estamos convencidos de que la accesibilidad integral en las oficinas pueda representar una nueva etapa con la aplicación de la Ley General de Discapacidad.
Sabemos muy bien que la integración de personas con discapacidad en las empresas se ve obstaculizada por barreras de diferentes tipos, principalmente culturales, tales como discriminación y prejuicios, pero queda claro – y los estudios lo corroboran – que no se trata sólo de obstáculos actitudinales, sino también de barreras físicas. Vamos hacia una oficina universal y accesible, con el fin de conseguir una ciudad sin barreras.
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