La base primordial de toda sociedad es su capital humano, ya que constituye su parte esencial y da forma y sentido al conjunto. Y este concepto adquiere especial importancia cuando se habla de él desde un ámbito puramente económico y laboral: son las personas que forman el tejido productivo de un país y, por tanto, su motor de funcionamiento.
Hoy más que nunca, compañías y directivos se están centrando en establecer cambios para mejorar la empresa y están especialmente preocupados por retener y cultivar el talento más valioso de sus compañías para mantener el ritmo de los rivales o consolidar su liderazgo.
Cada vez está más claro que un buen liderazgo consigue una mano de obra comprometida y altos niveles de rendimiento empresarial, y las compañías con sólidas prácticas de liderazgo superan financieramente a las que no tienen estas características. Sin embargo, los altos niveles de compromiso exigen inversión y dedicación.
Las economías del conocimiento de hoy, aquellas que utilizan el conocimiento como elemento fundamental para generar valor y riqueza por medio de su transformación a la información, están caracterizadas por un cambio hacia “todo online” y “todo móvil”. Por ello, resulta crucial que se añada el componente tecnológico al desarrollo del liderazgo en todos los niveles de gestión, de forma que los directivos sean capaces de identificar las tecnologías que aumentarán la rentabilidad de su empresa y les permitirán seguir siendo competitivos e innovadores.
A medida que más países de todo el mundo se desarrollan y transforman en economías del conocimiento, y que las tecnologías, plataformas y aparatos siguen evolucionando y difundiéndose a una velocidad sin precedentes, tener las habilidades para explotar este tipo de avances se hace cada vez más importante para conseguir innovación, competitividad y crecimiento constantes.
En muchos casos, las inversiones en las infraestructuras físicas no van acompañadas de un esfuerzo por desarrollar las habilidades necesarias para optimizar su uso. Además de tener un marco regulatorio que lo haga posible, las habilidades serán el promotor clave del cambio. Los directivos debemos poner aquí el foco.
¿Qué es el e-liderazgo?
Los e-líderes combinan habilidades de gestión y de empresa con un nivel de conciencia tecnológica suficiente para crear nuevas oportunidades de negocio, no sólo para hacer cosas nuevas, sino también para hacer que las cosas actuales se hagan de modo diferente. Por lo tanto, las habilidades de e-liderazgo pueden encontrarse en todos los niveles de cualquier organización.
Para los emprendedores y “visionarios”, las habilidades de e-liderazgo son aquellas que permitirán a las start-up y las compañías crear innovaciones y llevarlas al mercado, y traducir los avances tecnológicos en éxitos empresariales, crecimiento y creación de empleo.
Dentro de las firmas y organizaciones también es importante involucrar a los usuarios en cualquier despliegue de tecnologías innovadoras y mejorar las habilidades de e-liderazgo de los “usuarios avanzados”. Poner la tecnología en manos de los trabajadores de una empresa será clave para aumentar la innovación (generada por el usuario de abajo a arriba), acelerar la adopción e integración de la tecnología y, por lo tanto, también aumentar la productividad.
El e-liderazgo combina tres componentes esenciales: habilidades empresariales, habilidades técnicas, y una mentalidad emprendedora. Estos componentes cubren una gama de habilidades, atributos y actitudes que incluyen desde habilidades empresariales a gestión de datos, pasando por la concienciación y conocimiento tecnológico, la capacidad de concebir y comunicar una idea o el pensamiento estratégico.
Algunas de estas habilidades y atributos llegarán de forma natural a ciertas personas y otras pueden enseñarse a través de tipos formales e informales de educación y formación. Sin embargo, todavía no abundan la educación académica y los programas de formación que ofrecen una combinación de habilidades de empresa y técnicas en un sentido de e-liderazgo. Por lo que, desde estas páginas animamos a quien corresponda –nosotros los primeros- a formar en estas habilidades que serán, sin ningún tipo de duda, las más demandadas en un futuro cada vez más cercano.
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