Recursos Humanos RRHH Digital Sabemos ya de sobra que vivimos una época enmarcada dentro de un entorno tremendamente cambiante y dinámico, que la coyuntura económica presente no es precisamente la más apropiada para los planes estratégicos de las empresas y que es necesario esperar a que las “aguas se calmen” para tomar decisiones con una visión a largo plazo. En efecto, son algunas de las características que nos describen el momento que vivimos, y que además, contribuyen a uno de los efectos comunes en el directivo en situaciones como ésta, la presión a la que se ve sometido y la forma en que se gestiona.
Con ello en mente, podemos trazar algunos rasgos generales de cómo debe ser la formación dirigida al directivo, una figura especial en el seno de cualquier organización.
1. Flexible
Debe permitir los cambios de última hora, atender y dar respuesta a las necesidades coyunturales de la empresa.
2. Pragmática
Es necesario que el participante pueda obtener resultados tangibles en cualquier acción formativa, a través de herramientas que puedan optimizar su trabajo, tales como herramientas para la toma de decisiones, para la gestión de su tiempo, etc.
3. Realista
Hay que huir de idealismos y bajar al nivel requerido en cada momento y en función al perfil de directivos al que se dirige la acción formativa. Es preferible trabajar sobre un contenido adaptado a la idiosincrasia de la organización, que utilizar el tiempo en planteamientos teóricos o casos de situaciones que nada tienen que ver con el día a día de la empresa en cuestión.
4. Con Empatía
Con mucha relación con el punto anterior, aquí nos centramos más, por un lado, en la utilización del lenguaje y, por otro, en la conciencia que tenemos que tener según el momento que vive la empresa. Es preciso que la acción formativa adopte el lenguaje de la organización, sus expresiones, sus valores, aspectos de su cultura organizativa, pues todo ello nos llevará a una mayor identificación y, por consiguiente, una mayor asimilación de contenidos por parte del asistente.
5. Alineada
Es imprescindible conocer qué objetivos pretendemos conseguir con una acción formativa. Generalmente, a nivel directivo, estos objetivos suelen ser más estratégicos, por lo tanto conocer y entender la estrategia de la empresa es fundamental. Además, debemos asegurarnos de que el directivo conoce por qué y para qué asiste a una determinada acción formativa.
6. Favorecedora
En este aspecto, la formación también tiene el papel de dar respuestas o de contribuir a encontrarlas. Este factor adquiere mayor importancia en periodos de incertidumbre, donde la actuación del directivo puede ser crucial para el funcionamiento de un proyecto.
7. Particular
Cada vez más, observamos mejores resultados en los programas formativos que trascienden de lo meramente empresarial al terreno personal del participante. Es decir, cuando el directivo obtiene beneficios a título individual y de desarrollo personal.
8. Adaptada metodológicamente
Para que exista una verdadera adaptación es vital estudiar todas las dimensiones de la empresa que puedan afectar al desarrollo de un programa formativo. Podríamos hablar de forma muy extensa sobre la idoneidad de la metodología elegida en una formación, pero lo que sí está claro es que la mejor metodología es aquella que nos asegura que el mensaje que queremos transmitir llega adecuadamente al participante. Aquí podemos encontrar una amplia gama de alternativas, desde la metodología convencional en aula, hasta el outdoor training, sin olvidar las posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías, a través de su máximo exponente, el e-learning.
9. Agradable
La diversión no está reñida con el aprendizaje. Esta máxima no debemos olvidarla, y por tanto, hagamos uso de ella. La utilización de determinadas dinámicas, juegos, metodología experiencial, etc. está testada y demostrados sus resultados desde el punto de vista pedagógico.
10. Diferencial
Es posible evitar que el directivo piense ante una convocatoria para asistir a una formación que se va a tratar de “más de lo mismo”. En muchos casos, obviamos el hecho de que, en determinadas ocasiones, y sobre todo con directivos que cuentan con una dilatada experiencia, basta con que la formación ratifique, de alguna forma, que lo que ha estado haciendo durante muchos años, está bien hecho. Con esto, quiero decir que la formación a este nivel podemos enfocarla al cambio o a la consolidación de comportamientos y actitudes.
11. Integradora
En empresas con un amplio histórico es habitual identificar directivos de distintas generaciones. Aquí se nos presenta una oportunidad de oro para la gestión del conocimiento, para la transmisión de valores, para identificar las esencias de la cultura organizativa y estudiar las diferencias entre generaciones. La formación nos puede ayudar mucho para crear y transmitir valores, para pasar de lo tácito a lo explicito en lo referente a cultura organizativa, además de ser un elemento que cohesiona a los grupos.
Precisamente en estos momentos de cambio, Adecco Training está dando respuesta rápida y eficaz a las demandas planteadas por nuestros clientes. El diseño de Escuelas, tales como la Escuela de Liderazgo o la Escuela de Ventas, dirigidas a directivos y a equipos comerciales respectivamente, tienen una gran aceptación. Mención especial merece nuestra división e-learning, en su vertiente de diseño de programas on-line con un alto grado de valor añadido.
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