RRHH Digital Este fin de semana no ha sido como cualquier otro. Además de que las temperaturas se han desplomado, el fallecimiento de María de Villota me dejó helado y me hizo reflexionar.
A María la conocí hace muchos años, ya que mi padre y el suyo tenían relación. Ambos somos de una gran generación como es el 80. Ella ha logrado cumplir su sueño, emular a su padre, algo que nadie jamás hubiese imaginado….¿una mujer en la fórmula 1? Su esfuerzo y afán de superación han servido de ejemplo a Carmen Jordá, a Elena Rosell, la primera mujer española en participar en el Campeonato GP de Motociclismo, y a María Herrera, que en mayo de este año se convirtió en la primera mujer que lograba una victoria en una carrera del campeonato de España de Motociclismo.
Mujer luchadora, María era exigente consigo misma. La vida le tenía preparada una nueva prueba. El 3 de julio de 2012 sufrió un terrible accidente en el que perdió un ojo. Fue al entrar a boxes después de realizar unas pruebas con su Fórmula 1. Algo falló en la frenada y María acabó chocando con un trailer. Este accidente la marcó para siempre. Aparte de perder el ojo, vio truncado su sueño, el que había perseguido toda su vida, competir como piloto de Fórmula 1.
En una emotiva lección recogida por Car&Driver, Maria de Villota confesó que, tras perder el ojo en el accidente, «te das cuenta de que ves más que antes. Yo antes sólo veía la Fórmula 1, sólo me veía encima de un coche compitiendo y no veía lo que realmente era importante en mi vida».
Al igual que Nicholas Forstmann, María de Villota deja un libro a título póstumo “La vida es un regalo”. Me quedo con la frase de su padre: «Gracias por este año y pico que nos has dado de vida».
Lo que de verdad importa
Todo nace por el libro póstumo de Nicholas Forstmann, porque fue la lectura de ese libro lo que llevó a María Franco, presidenta de la Fundación, a poner en marcha esta iniciativa: reunir a jóvenes que tienen toda la vida por delante e invitar a personas (no necesariamente conocidas, pero siempre interesantes de conocer) a contarles de viva voz sus experiencias. Experiencias que contribuyan a que se hagan preguntas, se replanteen su forma de ver el mundo (y la vida) y les sirvan también para comprobar que sufrir un revés, por duro y demoledor que éste sea, no significa que no se pueda volver a levantar la cabeza.
Albert Espinosa, cuya infancia inspira su guión “Pulseras rojas”, María Belón, cuya historia recoge la película “Lo imposible”o Irene Villa, superviviente de un atentado de ETA, son algunos de los ponentes de estos congresos.
Experiencias que inspiren a los demás. Personas capaces de cambiarnos la perspectiva que tenemos de las cosas, como el estadounidense Dick Hoyt y su hijo Rick que llevan más de 70 maratones demostrando que todo es posible.
¿Hacemos todo lo posible por ser felices y hacer felices a los que nos rodean? ¿Prestamos atención a los pequeños detalles de la vida?
Nos vemos en RRHH Digital
@MarianoZR
3 comentarios en «Stop, toca reflexionar»
Buena reflexión Mariano
Estoy totalmente de acuerdo con la reflexión de este post. Hay que cosas que nunca valoramos hasta que no se han perdido
Felicidades por tu acertada reflexión. DEP María de Villota
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