RRHH Digital China, el gigante asiático, ya no es sinónimo de todo a cien y exportación de mano de obra; es ya uno de los países con mayor ritmo de crecimiento -el PIB previsto para el año 2013 asciende al 7,8%- donde las oportunidades aumentan exponencialmente. Y no permanecemos ajenos a ello: en una década, se ha multiplicado por 10 el número de españoles allí, y esta cifra crece cada vez más rápido.
Pero China es un país diferente: tiene una cultura ancestral muy arraigada en la que integrarse no es tarea fácil, un idioma muy complejo que es necesario en el día a día y para conseguir un visado de trabajo hay que acreditar un mínimo de 2 años de experiencia laboral en al área específica y un certificado de experto (título reconocido) ya que se precisan perfiles cualificados que hagan “contribuciones destacadas al desarrollo económico o social del país”.
Pero se puede conseguir. Eso sí, con ayuda de una mente abierta, paciencia y una gran capacidad de adaptación. Si reúnes estas características, quizás puedas encontrar tu oportunidad allí. Isabel de la Fuente, profesora de español en la Universidad de Beijing, lleva dos años en el país y nos cuenta que, a pesar de que es duro, China puede ofrecer múltiples oportunidades de adquirir experiencia, especialmente para arquitectos, ingenieros, financieros y profesores tanto de español como de inglés.
Los perfiles extranjeros cualificados son muy valorados -todavía escasean- e incluso son un elemento diferencial que da categoría a las compañías. De ahí que un arquitecto con poca experiencia pueda trabajar como Project Manager o, como en el caso de Isabel, trabajar antes de los 30 como docente universitaria.
Hay que tener en cuenta también que, según datos del Instituto Cervantes, el español es la segunda lengua extranjera del país, por detrás del inglés, debido a los lazos comerciales que la unen con Latinoamérica y el incremento de estudiantes que desean estudiar sus carreras en España. Así, el volumen de estudiantes de español en China ha pasado de 1.500 universitarios en 2000 a 25.000 en la actualidad, y esto teniendo en cuenta que un 70% de solicitudes han sido rechazadas porque el sistema no es capaz de asimilar la creciente demanda. Por su parte, el número de centros privados que imparten el idioma ya supera la centena.
Por otra parte, la construcción se adapta al ritmo de crecimiento de un país que acoge la edificación de casi la mitad de los rascacielos que serán terminados en los próximos años. Y lo hacen a otro ritmo: un proyecto puede ser desarrollado y construido en tres meses y no necesariamente gracias a una buena organización.
El número de emprendedores y empresarios que quieren entrar en el país también aumentan, sobre todo aquellos que quieren exportar nuestros productos. Todos ellos ya cuentan con el apoyo de consultoras especializadas en esta área como BJHispania, fundada por el barcelonés Javier Gata. Y es que los trámites administrativos son más extensos y además hay que añadir las diferencias en protocolo empresarial, lo que convierte a las asistentes/secretarias locales en algo casi imprescindible. También es vital conocer la parte gubernamental, ya que la adaptación a su coyuntura económica y política internas son determinantes para acceder al mercado.
A la hora de buscar trabajo existen webs de empleo (incluso alguna en inglés como www.thebeijinger.com o www.recruit.com.hk) pero el mercado allí se mueve fundamentalmente a través de agencias (la mayoría con base en Pekín) y, sobre todo, de networking. Las redes de contactos y las recomendaciones son las bases de un sistema que busca garantizar que el trabajador va a cumplir las expectativas. Actualmente hay que estar allí para encontrar un trabajo puesto que las entrevistas son in-situ y, generalmente, consistirán en que a través de un role-play demuestres tus habilidades. Además, una vez seleccionado, comenzarás un periodo de prueba que se extenderá entre 1 y 3 meses.
Lo que es evidente es que el mercado laboral chino está en constante movimiento, lo que ha atraído a muchos extranjeros en general y españoles en particular. Y este incremento de demanda laboral hace que las diferencias entre los salarios de un local y un extranjero en el mismo puesto sean cada vez menores (antes eran muy amplias por la alta valoración de los foráneos). Eso sí, trabajando con un horario racional. Y es que el mito de “trabajar como chinos” entre perfiles cualificados se aleja bastante de la realidad del país.
Existen múltiples recursos de apoyo para afrontar este reto, especialmente administrativas e idiomáticas. Por ejemplo, el Instituto Cervantes organiza diversas actividades, la Embajada y el Consulado también pueden serte de ayuda, y las escuelas de chino son otro buen punto de encuentro. Asimismo, en Pekín la zona de Sanlitum es frecuentada por occidentales y también puedes recurrir a grupos creados en las redes sociales.
“Ahora ya nadie habla de plazos para dejar el país y volver a España o buscar opciones en un país occidental” apunta Isabel. Y es que encontrar oportunidades y condiciones como las que ofrece China, es complicado fuera del gigante asiático para cualquier joven con ganas de desarrollarse profesionalmente.
En definitiva, China es un país para explorar, hacer currículum y, sobre todo, abrir la mente. Y, por qué no, aprender el idioma del futuro. Puede ser duro, pero quizás el incremento de tu empleabilidad lo compense.
1 comentario en «Un gigante de oportunidades»
magnífica descripción de las oportunidades que abre China y de las ayudas disponibles para acceder a un mercado difícil pero muy atractivo.
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