RRHH Digital Una de las principales consecuencias de la profunda crisis económica que estamos atravesando es la contracción de la práctica totalidad de los mercados y sectores de actividad de la economía española. Las tasas de consumo interno, tanto de familias como de empresas, ha provocado que muchos sectores y mercados hayan visto reducido su tamaño de forma sustancial, provocando una sobre capacidad de oferta y, por tanto, una competencia feroz.
Esta circunstancia en nuestro mercado interior está provocando una explosión del sector exterior como salida natural hacia nuevos mercados más abiertos y con más posibilidades de desarrollo de negocio. En cualquier caso, la traslación de un modelo empresarial pensado para el mercado interno hacia mercados exteriores requiere tiempo e inversión, aspectos que en muchos casos no son manejables por muchas empresas en este momento.
De forma paralela, las nuevas tecnologías están favoreciendo la aparición de nuevos canales de comercialización que están siendo aprovechados por “nuevos jugadores” que hasta hace pocos años no estaban presentes en el mercado.
Todos estos factores están provocando una fuerte presión sobre los precios de venta que impactan negativamente sobre los márgenes comerciales y los niveles de rentabilidad de la mayor parte de las compañías.
En este entorno, por tanto, es estratégico encontrar fórmulas e instrumentos que faciliten el mantenimiento de los márgenes a la vez que, o bien, mejoran el valor añadido del producto o servicio, o bien, los ofrecen a un menor precio.
Precisamente, el Outsourcing se constituye como una excelente estrategia para mejorar la competitividad de una empresa, esto es debido a que un proceso de externalización debe incidir sobre cuatro factores directamente vinculados a la capacidad de competir de una empresa:
1. Flexibilidad:
La externalización favorece la capacidad de adaptarte a circunstancias cambiantes con rapidez y bajo coste.
2. Eficiencia:
Identificando sinergias y optimizando procesos. Reduciendo el riesgo por nuevas inversiones.
3. Productividad:
Un menor coste por unidad producida.
4. Calidad:
Materializada mediante acuerdos de nivel de servicio y compromisos por resultado.
El ejercicio, por tanto, consiste en identificar esas áreas en las que la aportación de un socio externo haga realidad las ventajas competitivas que proporciona el Outsourcing. Para ello, es necesario abrir al máximo el campo de visión añadiendo un alto grado de objetividad para lo cual puede ser interesante apoyarse, igualmente, en una visión externa y a la vez otra interna de la propia empresa.
Precisamente, un reciente estudio realizado por Adecco Outsourcing ha puesto de relieve que la externalización está presente en actividades anejas a los tres grandes bloques en que podemos estructurar una compañía:
– Producción / Operaciones.
– Administración y Gestión.
– Comercialización.
Por tanto, existen numerosas oportunidades para hacer que nuestra empresa sea más competitiva, el reto, por tanto, es: ¿por dónde empezamos?
Los comentarios están cerrados.