Parece que la crisis nos ha llevado a crear un punto de atención permanente en la multitud de personas que han perdido su puesto de trabajo y a obviar algo que cada vez afecta a más personas, aquellas que se sienten prisioneros en su trabajo.
Sí, lo sé, en los tiempos actuales tener un trabajo debería ser una bendición, pero está claro que no siempre es así.
Este fenómeno, al menos a mí, me sugiere muchas preguntas:
¿Qué es lo que hace que hombres y/o mujeres vivan atrapados en un trabajo en el que se sienten infelices y no hagan nada por cambiarlo?
¿Qué provoca la infelicidad en el trabajo?
¿Es posible, en un entorno como el actual, cambiar las cosas?
Quizás la primera pregunta es la clave para seguir con las demás. En mi opinión, es justamente este entorno, en el que nos estamos acostumbrando a creer que hay una serie de cosas que no son posibles, el que crea una parálisis general ante la búsqueda de un nuevo empleo. Si a esto le sumamos el miedo a lo desconocido en una época de incertidumbre o el sentimiento de tener que estar agradecidos por poder trabajar y tener una nómina, independientemente de las condiciones, tenemos nuestra bomba de relojería.
Pero este punto me lleva a la segunda pregunta, ¿qué nos hace sentirnos tan infelices? Hay factores que creo todos tenemos claros, jefes tóxicos, entornos negativos, exceso o carencia de trabajo, horarios, presión,… Sí, hay un montón de elementos achacables a la compañía que pueden favorecer o provocar entornos no saludables, que nos llevan a esta infelicidad. Pero como no suele estar en nuestras manos cambiarlos, hoy me gustaría reflexionar sobre los que sí podemos cambiar.
He visto a mucha gente “quemada”, gente que critica a su empresa, su jefe… pero en la mayoría de los casos también he visto personas que, por diversas razones, habían entrado en una espiral negativa, es decir, que ellos mismos se comportaban como pensaban , siendo parte y acción de las cosas que les ocurrían.
Con esto no quiero decir que no existan las empresas o puestos, que los hay, de los que uno solo quiere salir corriendo, pero en muchas ocasiones esa corriente negativa es temporal y, por tanto, solo requiere de paciencia; en otras, es incrementada por nosotros mismos y nuestro comportamiento y, en algunas otras, hemos sido nosotros quienes hemos creado ese puesto, que ahora nos hace sufrir tanto.
Puede que este análisis moleste a muchos, pero no por ello es menos cierto que en algunas ocasiones el mal no es solo imputable a la empresa o al superior. Creo que antes de tomar una decisión de cambio debemos mirar en nuestro interior y preguntarnos: el overbooking que ahora tengo, ¿quién o cómo se ha generado? ¿Puedo yo cambiar cosas de mí mismo que ayuden a crear un entorno más constructivo? ¿Puedo evitar la rumorología o el mal ambiente con mi comportamiento? ¿Puedo adaptar/variar algo mi forma de trabajo para estar mejor? ¿Los problemas que tengo son temporales o no? ¿Lo que está ocurriendo afecta a mi empleabilidad o reputación en el mercado? ¿Puedo arreglarlo?
Decide lo que creas que es mejor para ti y tu familia, pero piensa que solo tienes una vida. Por tanto, no dejes de luchar por aportar todo tu valor ni pierdas el tiempo sufriendo sin necesidad. El camino en el entorno actual es lento y difícil, pero os aseguro que, bien planteado, el proceso de búsqueda de un nuevo empleo (si es esa tu elección) es posible. En cualquier caso, decidas lo que decidas, ¡ponte en marcha! Que nunca mires atrás y veas que te quedaste atrapado en tus propios miedos o que no hiciste nada para hacer un cambio, empezando por ti mismo.
Son muchas y diversas las variables que hacen que nos sintamos prisiones de nuestro trabajo. Si este es tu caso, si quieres reflexionar sobre quedarte o irte, aquí tienes un vídeo que te ayudará. Espero que lo disfrutes.
4 comentarios en «Prisioneros en su trabajo»
Muy bueno tu artículo Nekane.
Estoy de acuerdo con tu exposición, aunque entiendo que a veces nos cerramos en nosotros mismos, y somos incapaces de hacer , como yo lo llamo, «examen de conciencia» y, por tanto, no vemos nuestra parte negativa en el proceso.
Te felicito por el artículo, pues me ha hecho pensar, que ya es importante, y me ha animado bastante la mañana.
Gracias.
PD. En el artículo no veo el enlace al video.
Comparto al 100% el contenido de tu arttículo. Conozco muchas personas en esa situación y me resulta muy difícil trabajar con ellos para que aparquen su «zona de confort» (dentro de su dis-confort ), están en su propia espiral y siempre es la empresa y los demás quienes tienen la culpa.
Muchas gracias
No veo el vídeo….
Totalmente de acuerdo en tu excelente articulo Nekane. Es una profunda reflexión que nos servirá para nuestro equipo y sobretodo como componente de «inyecciones vitaminadas» en nuestro día a día visitando empresas. Ya colgareis el enlace del vídeo.
Me parece muy bueno tu artículo Nekane.
Pero hay que mirar otro punto de vista, el del trabajador. Verse encerrado sin salída es duro, no se ve igual desde fuera. Es dificil ver la salída cuando hay problemas y más si esos problemas que afectan al trabajador puedan venir de fuera del trabajo, o simplemente lo que comentas, verse encerrado a trabajar de lo mismo toda su vida.
Otro problema es cuando el trabajador se siente oprimido por la cantidad de trabajo a realizar y las presiones de los superiores o de si mismo.
Tengamos en cuenta el punto de vista del trabajador y no cuestionemos que el problema lo tiene él y sólo él, creo que un apoyo por parte de la empresa, o por un buen superior es poder ayudar, o tan sólo, escuchar a esa persona. En el 80% de las veces, se ven las cosas desde otra perspectiva con una pequeña charla con alguien cercano o a un superior inmediato.
Es sólo un comentário de una persona que ha pasado por ahí, gracias a diós, lo pasé gracias a que me ayudaron, sólo una pequeña charla de alguen cercano que me abrió los ojos.
Gracias.
Un saludo.
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