RRHH Digital Es evidente que la crisis afecta directamente a la gestión de los recursos humanos. Mientras que en otras épocas, bajo la presunción que no la certeza, de que las personas eran el activo más importante de nuestras organizaciones, conseguimos dedicar recursos a políticas de gestión del talento, cuando las cosas cambian, y es evidente que estamos en una época de cambio, centramos nuestra atención en los costes y nos preocupamos fundamentalmente por la dimensión de nuestras plantillas.
Lo que no sabemos sí a corto plazo resultará adecuado pero en todo caso creemos que será un desastre a medio/largo plazo.
Si revisamos la definición teórica (Dave Ulrich define el talento como la consecuencia resultante del binomio formado por capacidad y motivación), es evidente que el talento tiene probablemente una base innata pero su aplicación no es nunca el resultado de una improvisación, como evidentemente no lo es también su gestión en el mundo de las organizaciones. Las políticas de detección, gestión y retención del talento son el resultado de un esfuerzo a largo plazo que implica; liderazgo para atraer, desarrollar, compensar y retener a los buenos profesionales y esfuerzo para generar un clima laboral para que los éstos reciban el trato adecuado, la compensación equitativa y el feedback preciso.
Somos muchos los que pensamos que la competitividad de las organizaciones no puede fundarse, únicamente, en una estrategia de costes. La productividad es el resultado de un “coctel” en el que participan muchos factores, de entre los que destaca por su importancia, y también por su dificultad de medida, el talento. Estamos convencidos de que, finalmente, una organización será más o menos capaz de superar la crisis en función del talento que tenga en su seno. Esta va a ser una de las claves relevantes para su supervivencia futura.
Mientras tanto no podemos ni debemos aborrecer del principio de que la rotación sea saludable, siempre que ésta se mantenga en unos niveles razonables y gestionables. Sin embargo todos somos perfectamente conscientes que, en tiempos de crisis, esta tiende a reducirse, aunque lamentablemente siga concentrándose en las personas con más talento y con mayores niveles de empleabilidad.
Si como organización realmente queremos salir reforzados de la crisis, mantener la validez de nuestra organización y ser capaces de hacer frente a los nuevos retos que nos depara el futuro necesitamos olvidarnos por un momento de los costes y centrar de nuevo la mirada hacia los profesionales que forman nuestro equipo humano y emplearnos (nunca mejor dicho) en utilizar al máximo su capacidad y talento. Favorecer su empleabilidad y ofrecerles alternativas de futuro adecuadas serán las bases para conseguir su retención.
Para ello deberemos revisar y adaptar nuestras políticas y prácticas de RRHH incidiendo en factores como: el clima interno intentando minimizar el ruido que generan las reducciones de plantilla, el alineamiento de la estructura con los objetivos organizativos, la detección y motivación de los más válidos, el diseño de estrategias de compensación y retribución adecuadas, los cambios organizativos que exigen el uso de las nuevas tecnologías y que favorecen nuevos modos de gestión, el desarrollo de políticas de comunicación transparentes, y, por último, la capacidad de dar respuesta a las demandas de responsabilidad que nos formulan tanto los clientes internos como los externos. Evidentemente todo estos temas se hacen más complejos cuando, en paralelo, estamos reestructurando y siguiendo con las estrategias de reducción de costes.
Si queremos conseguir todo esto probablemente necesitamos cambios en los fundamentos de la dirección de personas, ajustar nuestra cultura a los nuevas demandas e implantar nuevos instrumentos y herramientas de gestión. Hemos de ser conscientes de que los viejos han servido para situaciones ya obsoletas, de que nuestros recursos internos han cambiado su mentalidad, de que demandan nuevas respuestas y de que que no es posible que la organización siga usando herramientas obsoletas y que han sido superadas por las nuevas tecnologías que hoy están al alcance de todos como individuos.
Sin embargo con sólo instrumentos no conseguiremos nuestros objetivos. Sólo podremos salir de la crisis en las mejores condiciones si somos capaces de adaptar nuestra organización a las nuevas demandas tanto externas como internas. Gestión del Talento, Empleabilidad y Responsabilidad van a ser las claves de la gestión de los RRHH en este próximo futuro que ya estamos empezando a vivir.
Pau Hortal, Consejero Delegado de Alius Modus
Los comentarios están cerrados.