RRHH Digital Me ha sorprendido la decisión tomada recientemente por Marissa Mayer, CEO de Yahoo, y que será efectiva a partir del mes de junio. Los trabajadores de Yahoo estarán obligados a trabajar de forma presencial. Es decir, no estará permitido el trabajo remoto y los empleados flexibles, deberán reubicarse de nuevo en la sede. La justificación a esta medida transmitida por la propia compañía a sus empleados ha sido: “la comunicación y la colaboración son fundamentales así que debemos trabajar codo con codo, y por este motivo es crítico que estemos físicamente en la oficina”.
Que la colaboración y la comunicación entre profesionales de la misma empresa son fundamentales, no lo pongo en duda, al contrario lo comparto. Sin embargo, lo que no comparto es que el 100% del tiempo que dedicamos a trabajar lo tengamos que hacer junto a nuestros compañeros y en la propia oficina. Además me sorprende que precisamente sea una compañía puntera del sector tecnológico quien marque una línea de trabajo tan poco alineada con la realidad laboral actual.
Esta decisión, contrasta bastante con el pensamiento de la mayoría de empresas que apuestan hoy en día por la flexibilidad. Es el caso, por ejemplo, de Kellogg cuya Directora de RRHH, Susana Gómez hacía recientemente estas declaraciones sobre su estrategia de trabajo flexible: “damos por hecho que el empleado da lo mejor de sí mismo en el trabajo. La fórmula para saber si responde o no a las expectativas puestas en él no es a través de una tarjeta o controlándole en un despacho, sino midiendo si cumple o no sus objetivos anuales”.
En las circunstancias actuales, tanto empresas como empleados tienen la certeza de que nadie es imprescindible, y que cada cual en el nivel que sea, debe ser capaz de ganarse su puesto de trabajo. Nadie regala nada. Los empleados están cada vez más comprometidos con su aportación a la empresa y sus resultados. Las pericias del escaqueo están obsoletas, tanto o más que el fichar al entrar y salir de tu puesto de trabajo.
Hoy en día, quién no aprovecha para trabajar en el metro, en aeropuertos, en hoteles, en cafeterías o incluso en la ducha. Yo sí desde luego. Es más, son situaciones en las que fluyen la creatividad y las buenas ideas, y si contamos con los medios precisos, sobretodo tecnológicos, para aprovecharlo, el resultado productivo no es nada despreciable.
Pero tampoco pretendo ser más papista que el papa. Ni todo profesional tiene que trabajar obligatoriamente en la oficina, ni tiene que hacerlo necesariamente fuera de ella. Como su propio nombre indica, el trabajo flexible ha de ser un modelo suficientemente libre para acoger tanto a perfiles que quieran un alto grado de flexibilidad como a aquellos que prefieran el modelo más tradicional de optar sólo por la ubicación de la sede corporativa. Las políticas de teletrabajo no siempre son exitosas porque a veces suponen una imposición a determinados trabajadores para realizar su actividad desde casa, cuando preferirían hacerlo desde la oficina, por eso el trabajo flexible va más allá. El profesional, sea cual sea su actividad puede optar a trabajar tanto fuera de la oficina como en ella, en función de su necesidad (trabajo en equipo, reuniones, …).
El trabajo flexible no es un “invento” de nadie, es mucho más natural que esto. Es una realidad, consecuencia de la aparición de las nuevas tecnologías que permiten la movilidad, y nos “desconectan” del puesto de trabajo tradicional, y se irá implantando en la medida que las nuevas tecnologías estén plenamente integradas en las empresas y los trabajadores tengan acceso a ellas, no sólo en su puesto de trabajo. Fuera de España, en países como Holanda o Reino Unido está completamente implantado y ya se ve como algo natural, de la misma manera que antes se veía natural ir al trabajo con un horario determinado. En España está introduciéndose a una gran velocidad y en pocos años será lo habitual.
Las ventajas tanto para el profesional como para la empresa son cuantificables y reales: Mejor balance entre la vida personal y laboral, esta es quizás la ventaja más valorada entre los empleados; Mayor atracción y retención del talento, ya que el profesional se siente más comprometido; Flexibilidad de espacios y recursos lo que supone una mejora incalculable para el profesional; Optimización de costos relacionados al espacio, ya que se reducen más de un 40% de los gastos operativos de las corporaciones, además de los gastos asociados a: bajas, absentismo, rotación de empleados, formación,… Incremento de la productividad; Responsabilidad Social corporativa ya que este modelo permite la integración de personas en situaciones difíciles como minusvalías, o empleados que tengan alguna persona mayor o menor a su cargo y por último, la sostenibilidad, ya que permite reducir en más de un 35% las emisiones de CO2 y más de un 50% el consumo energético. Además de la reducción que se produce con la disminución de los desplazamientos al trabajo y viajes.
Dicho esto, seguiré de cerca la estrategia marcada por Marissa Mayer, que ha conseguido despertar mi curiosidad sobre las ventajas que para su compañía supondrá esta medida, que no dudo que las tendrá y muchas.
2 comentarios en «Yo trabajo hasta en la ducha»
Yo apuesto por el trabajo flexible, donde y cuándo se necesite.
Es que Marissa Mayer no es famosa precisamente por su don de gentes o sentido común a la hora del trato con sus empleados…
Los comentarios están cerrados.