RRHH Digital En la actualidad hay dos constantes con las que nos encontramos de forma continuada en nuestra vida profesional, y cada vez más. La primera es el cambio constante, con la incertidumbre aparejada que conlleva, porque, en general, a las personas no nos gusta el cambio. La segunda es la complejidad. Diariamente nos enfrentamos, profesionalmente hablando, a asuntos cada vez más complejos que requieren de conocimientos específicos y de colaboración con otras personas para sumar esfuerzos y conseguir resultados.
A estas dos constantes hay que añadir un entorno de crisis económica (que ya parece perpetua), un desempleo obsceno (sólo en nuestro país estamos hablando de 5.693.100 personas en el segundo trimestre del presente año, según datos del INE), la competencia feroz de las empresas por captar a unos clientes cada vez más escasos, pero también más exigentes.
Ante este esbozo panorámico ¿qué pueden hacer las empresas y organizaciones para salir exitosas de los desafíos que tenemos planteados?
La respuesta es única y contundente: invertir más en la captación, desarrollo y fidelización del talento. El Talento es el único antídoto válido para conseguir sortear, de forma sostenible y perdurable los escollos que el devenir plantea hoy a empresas y organizaciones.
Son las personas las que distinguen y diferencian las empresas excelentes de las que no lo son. Y son las personas con talento, por supuesto. El talento es un capital tan necesario (si no más importante hoy en día) como el capital económico, para la buena marcha de las empresas y que su rentabilidad les permita, a su vez, lograr el objetivo o finalidad social de cualquier empresa: crear riqueza para sus grupos de interés (accionistas, directivos, empleados, clientes, proveedores, sociedad, etc.)
Pero, para que el talento reparta dividendos, las empresas y organizaciones deberán crear una cultura organizacional propicia para que el talento germine; una Cultura arropada por unos valores y principios que impulsen y lideren los cambios necesarios en el interior de las empresas y organizaciones que fomenten una valoración adecuada del talento y su contribución a los objetivos empresariales. En este sentido es esencial un liderazgo innovador que promueva dichas condiciones.
También será preciso un sistema de información que permita a las empresas y organizaciones gestionar todos los requerimientos que exige una entidad orientada al talento, así como a dar respuesta a las inquietudes de todos nuestros grupos de interés. Como nos dice el Arquitecto Chileno Alejandro Aravena, “Si tienes talento no lo uses para ir más lejos, úsalo para ir más acompañado”. La Tecnología está, precisamente, para eso, para ayudar a las empresas a hacer más fácil la travesía a partir del concepto de empresas basadas en el capital económico hacia organizaciones que tienen su peso específico en su capital humano para triunfar y perdurar en el tiempo.
Además de la cultura y la tecnología, para que las empresas y organizaciones basadas en el talento triunfen deberán apoyarse, asimismo, en el Marketing Interno. De nada sirve proclamar que somos una organización en la que se apuesta por el talento, si después el mensaje no se hace llegar adecuadamente a todos/as los miembros de la organización y sus grupos de interés. Pero no solo eso. Es preciso que todos los colaboradores sean conscientes del grado de participación y contribución con los resultados obtenidos; que sepan cuáles son los objetivos y finalidades de la compañía; que la comunicación fluya de forma transparente; que seamos íntegros y honestos y que, sobre todo, que lo que pensemos, digamos y hagamos sea coherente y esté alineado con nuestros valores y principios. No se atraerá el mejor talento si no tenemos una marca de empleador seria y consolidada, que sea respetada y respaldada por las acciones llevadas a cabo.
Siempre me gusta poner como ejemplo a la línea aérea Southwest, línea área de low cost con una valoración de servicio al cliente inmejorable. ¿Cómo puede ser compatible el concepto low cost con el alto valor añadido para el cliente? La respuesta nos la da su Presidente, Herb Kelleher, en una entrevista concedida a la revista Fortune el 23 de abril de este año: A la pregunta de quién va primero, si el empleado, los accionistas o los clientes, la respuesta no dejó lugar a dudas. “Los empleados son lo primero. Y si los tratas bien y de forma correcta, ¿adivinas qué ocurre? Tus clientes regresan, y eso hace que los accionistas se sientan felices. Empieza con los empleados y el resto sigue a eso.” Esto explica la razón de que sea una empresa que disfruta de beneficios desde hace 39 años consecutivos, y ello, en un sector tan volátil como es el del transporte aéreo, da medida del éxito de la compañía.
Por último, y después de hablar de talento, me gustaría aclarar qué entiendo por talento. Para cada empresa y organización, el talento se definirá de forma específica, ajustado al ADN de cada organización, pero para dar una definición en la que todos nos podamos basar como punto de partida, me remito a la del profesor Dave Ulrich: “talento es competencia*compromiso*contribución”.
Para concluir me gustaría compartir una frase del entrenador retirado de fútbol americano Lou Holtz: “Está bien tener talento, pero tener la capacidad de descubrir el talento en otros es la verdadera prueba”.
Saludos y que tengan una buena metamorfosis.
2 comentarios en «El desafío y la travesía del talento»
Excelente Albert!
Buenos días Albert, no se si me recuerdas en tu epoca de GKN, yo estoy en el departamento de ingenieria y hemos charlado en mas de una ocasión. Me ha gustado mucho tu árticulo, me parece muy interesante. Es una pena que no estes entre nosotros pero tengo que reconocer que las personas valientes e interesantes como tu no tienen cabida aqui. Gracias
Un abrazo
José Antonio
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