RRHH Digital No cabe duda que las ventas, todo lo relacionado con el mundo comercial, tiene mucho que ver con el “talento”, y no sólo porque con los griegos y los romanos fuese una moneda de cuenta, es decir, con la que se pagaba lo comprado.
Supongo que para cada profesional de un área de la empresa, en la suya se requiere un “talento” especial, una capacidad para el desempeño acorde a las actividades que se van a desarrollar y ejercer. Es una verdad irrefutable y no seré yo el que lo haga, que para esas cuestiones siempre existe un gurú dispuesto a sentar cátedra.
Pero no me cabe duda alguna de que los comerciales, todos los profesionales de la venta, tenemos un “talento” especial, distinto, diferente. Ni mejor ni peor, tan sólo, de otra clase.
Es lo mismo que debatir sobre la famosa controversia de que si el vendedor nace o se hace. Tengo claro, desde hace muchos años, que el vendedor nace y, con formación, se hace, pero como dije en mi último libro, Un vendedor de película[1], “hay algunos que nacen para no ser hechos” .
Con el talento comercial pasa lo mismo: o se tiene o no se tiene. No sirven medias tintas. Además, hay que añadir un alto componente de vocación. No vale solamente con querer ser vendedor, tener las ganas de dedicarse a ello: sin la inteligencia y las aptitudes necesarias, por mucho que se nazca y se forme uno, es imposible que se pueda desarrollar una profesión tan seria y estratégica en la economía de hoy como ésta.
A pesar de que en los últimos tiempos se ha puesto de moda cambiar la denominación de las profesiones (empleado de fincas urbanas en lugar de portero, asistente personal por secretaria, etc.) los vendedores (con mayúsculas) seguimos siendo, cada vez más, el corazón que bombea la sangre para que el resto de órganos de la empresa puedan realizar sus funciones y que, a su vez, nos retroalimenten para que nosotros podamos ejercer las nuestras.
Hoy en día, el talento comercial tiene que desarrollarse mucho más que nunca. Cuando hay una crisis, ¡Bendita crisis!, la imaginación, la innovación, la acción, tienen que predominar contra todo lo demás. Cuantas más dificultades nos encontremos para vender, más talento tenemos que poner en lo que hacemos para poder ser lo elegidos porque, a pesar de la carestía, se sigue comprando y vendiendo.
Sé que no soy imparcial ya que, ante todo, me considero vendedor, pero lo cierto es que el talento comercial tiene un punto de diferencia respecto al resto de los que nos podemos encontrar en las organizaciones: mientras que la producción se puede parar, lo financiero negociar y prescindir de parte del capital humano, cuando hay una crisis, cuando vienen mal dadas, lo que tenemos que hacer es aumentar nuestras acciones comerciales, incrementar todo nuestro talento para poder vender más.
Y como corazón de la empresa que somos, mientras que el descanso es bueno para muchas áreas, en la nuestra, como sucede con los deportistas en su máxima actividad, el bombeo que tenemos que realizar es superior a cualquier otro dentro de la organización.
Sin ventas, no hay ingresos. Y sin ingresos, se cierra.
[1] Editorial Alienta. 2012
2 comentarios en «El talento comercial»
El talento comercial
bueno pienso que cada distribuidor o empresario tiene su talento
para vender su producto o para atraer clientes a su negocio
también creo que todo tipo de moneda
sirve ya sea Griega Romana Española del país que fuere son monedas valiosas para comprar ya lo vendido
sirve de mucho el talento que pone el distribuidor independiente o empresario
cada individuo tienen una chispa de talento también se atrae a los clientes con humor
pero vale mucho mas
La humildad La cordialidad la atención de sociabilizar con la gente
siempre con una sonrisa
y no por nada pero en talento ganamos las mujeres tenemos mas creatividad para los negocios o producto que tengamos en mano
Estimado Eduardo. Felicitaciones por el articulo, muy claro y real!!, Saludos Alberto Stornini. Gte. Comercial Newpanel S.A.
Los comentarios están cerrados.