RRHH Digital. Estamos viviendo, por varios motivos, un año atípico.
La gran noticia del “tsunami financiero/monetario” internacional, con efectos colaterales en nuestra economía, el aumento de la presión de la FIFA, sobre el cronograma de las obras de los estadios para la Copa del año 2014, la realización de las Olimpíadas en Londres y, la más notoria de todas, las elecciones municipales en Brasil.
Que los políticos den prioridad a la reducción (continua) de los costos en la gestión pública, el aumento de la tasa de inversión y el aumento del grado de conocimiento del ciudadano brasilero. El cambio de objetivo: del consumo para la productividad, que significa hacer cada vez más, y mejor, con cada vez menos.
La política nos lleva a recordar la época del Imperio Romano, el más renombrado de la historia de la humanidad, y la cita de la enseñanza del célebre Cicerón (106-43 A.C.) – filósofo, abogado, escritor, político y el mayor orador romano: “Tenemos que equilibrar el presupuesto, proteger el tesoro, combatir la usura y reducir la burocracia. Caso contrario, naufragaremos todos.”
Todavía recordamos el estudio de las célebres Catilinarias de Cicerón, en las aulas de latín en el colegio Salesiano – Liceo N. S. Auxiliadora (Campinas).
Si todos los políticos, y los gestores públicos, hubiesen leído, asimilado y administrado obedeciendo esa manera de pensar, no tendríamos tanto endeudamiento en las Municipalidades, países literalmente arruinados y con bajo IDH – Índice de Desarrollo Humano – a pesar de que el PIB – Producto Interno Bruto – pudiera mostrarse positivo.
Que la población toda, políticos o no, cada ciudadano brasilero no venda su voto para obtener ventajas personales. Que la “costumbre brasilera”, la promesa de un cargo político y el “estatus” social no nos hagan rehenes de nuestra propia consciencia, no nos quiten la sagrada libertad de manifestarnos con ética y no nos transformen en una especie de muñecos de ventrílocuos.
Que el voto sea, mucho más que un deber cívico, un derecho que debemos ejercer con la máxima responsabilidad social.
Cerramos este artículo con la frase de Peter Drucker (1909-2005), uno de los más célebres pensadores modernos sobre Gestión Organizacional: “No existen países subdesarrollados. Existen países subadministrados”.
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