RRHH Digital. Desde la creación en España de las primeras agencias de detectives a principios del Siglo XX hasta la actualidad, la misión del detective privado ha sido la investigación. Sin embargo, mucho ha cambiado desde entonces. Ahora el detective tiene una mayor capacitación profesional, más formación y las nuevas tecnologías le facilitan el día a día de una labor que ya no solo investiga infidelidades, sino un amplio catálogo de posibles fraudes empresariales.
Las primeras agencias de detectives en España surgen a principios del Siglo XX en Barcelona y Madrid. Las tareas del detective entonces eran la investigación y la averiguación de datos sobre infidelidades, herencias y robos y hurtos. Hoy en día, la situación ha cambiado con una mayor profesionalización y formación. Y han aparecido las agencias especializadas en la investigación empresarial.
Además, los avances tecnológicos facilitan las investigaciones, ya sea gracias al empleo de vehículos más rápidos, videocámaras profesionales, dispositivos móviles o aparatos electrónicos.
A esto se suma una realidad social más compleja donde se hace necesario desarrollar nuevas investigaciones y metodologías, como es, por ejemplo, la ciberforensis. En este caso, solo posible por el avance tecnológico (que lo promueve, pero que también nos da las herramientas para atajarlo). Con ella, podemos obtener y aportar información sobre el investigado, así como obtener las pruebas sobre conductas, hechos privados y delitos perseguidos a instancia de parte ocurridos en medios informáticos y digitales. Debemos destacar que las pruebas no sólo se obtienen de los ordenadores y portátiles que usa el empleado, sino también de sus smartphones y tablets -con gran demanda por parte de los usuarios en estos momentos- y que son propiedad de la empresa. Como se ve, ha cambiado mucho la profesión cuando el core del negocio eran las infidelidades.
Sin embargo, hay cosas que nunca cambian. La picaresca es la base para la mayoría de los fraudes, ya se traten de hace un siglo o en el actual.
La profesión de detective en el extranjero
En contraposición con otros países, en nuestro país existe un control muy riguroso desarrollado por la sección de Seguridad Privada de la Policía Nacional y de la Guardia Civil para poder ejercer como detective privado. El futuro detective privado necesita aprobar unos estudios universitarios durante tres años para poder obtener la habilitación o Tarjeta de Identificación Profesional (T.I.P), sin la cual no puede desempeñar su trabajo como detective privado.
La formación universitaria y la regulación de la profesión difiere en gran medida respecto a otros países, así como la amplitud y la tipología de la actividad profesional. Mientras que en la mayoría de Europa los detectives sólo realizan investigaciones de tipo civil, en España el campo de actuación abarca otros muchos ámbitos como el empresarial, el laboral o el financiero.
Precisamente, en el ámbito laboral es donde más demanda de investigaciones existe en estos momentos.
En estos momentos, podemos decir que la profesión ha avanzado y se ha adaptado a los cambios, ha aprendido y se ha modernizado. La amplia preparación, así como la formación multidisciplinar es fundamental en toda investigación. No hay que bajar la guardia, porque estamos ante un mercado en constante dinamismo.
Los comentarios están cerrados.