Tenía 11 años, estudiaba 6º de EGB, era la delegada de clase, entrenaba en el equipo de baloncesto entre semana y jugaba los fines de semana, además participaba en un grupo parroquial, también los fines de semana (cuando acaba el partido de baloncesto). Siempre me gustaba hacer todos mis deberes y trabajos de clase, además de ayudar en casa en las tareas que mi ocupada madre trabajadora me requería que, entre muchas cosas, incluía ayudarla a cuidar a mi hermana pequeña.
En esa etapa sufría de insomnio y problemas digestivos, así que tuve que acudir al médico en busca de alguna solución. Lo que más me impresionó fue su diagnóstico: estrés. Mi madre, ante su preocupación, enseguida me insistió para que dejara alguna actividad. Recuerdo que en aquel momento no quería dejar nada, yo sentía que, aunque mi cuerpo y mi mente no respondían como yo quería, tenía que seguir manteniendo mi ritmo.”
El término “stress” significa tensión y es una respuesta fisiológica natural destinada a la protección y supervivencia. Aparece frente a situaciones percibidas como amenazantes o de demanda incrementada. En dosis adecuadas nos mantiene activos, en estado de alerta productiva, sin ocasionarnos ningún problema ni físico ni psíquico, pero en dosis elevadas, deteriora nuestras capacidades mentales (memoria, atención, concentración) y nuestro equilibrio emocional (tendencia a la irritabilidad, a la tristeza y la negatividad) a demás de desestabilizar el funcionamiento de nuestro organismo (puede producir insomnio, cefaleas, agotamiento y problemas digestivos).
Cada uno de nosotros tiene una determinada tolerancia al estrés, ya que no todos percibimos de igual forma las situaciones que vivimos y tampoco respondemos de la misma manera ante éstas. Ahora bien ¿podemos aumentar nuestra tolerancia al estrés sin recurrir a fármacos? o ¿estamos obligados a cambiar nuestro estilo de vida?
A lo largo de toda mi vida y ya voy casi hacia la cuarentena, he observado de cerca las personas que son capaces de asumir elevadas responsabilidades, enfrentar grandes retos y tener habitualmente varios frentes abiertos. Siempre me gustó observarlas con gran admiración mientras me preguntaba: ¿cómo pueden hacerlo sin enfermarse? ¿Será que esas personas tienen un elevado umbral de tolerancia al estrés?
Siendo como soy, una persona activa e inquieta, he llegado al límite de mi umbral de tolerancia al estrés hasta el punto de generar somatizaciones internas. Este hecho me ha llevado a estudiar y practicar diferentes métodos y enseñanzas (meditación, visualizaciones, ejercicios para trabajar la atención consciente, inteligencia emocional, coaching…) encaminadas a tener mayor capacidad para afrontar retos. Todas ellas me ayudaron sí, ahora bien, ¿cuándo y cómo he aumentado mi tolerancia al estrés realmente?
Primero, descubrí en un libro de psicología deportiva un método llamado Neurofeedback. Este método sirve para detectar los inicios del estrés a través de unos sensores conectados a nuestro cuerpo y a un software informático. El objetivo de este método es entrenarse para detectar y gestionar el estrés en esos primeros instantes, transfiriendo después este aprendizaje a las situaciones de la vida diaria.
Seguidamente me puse a la búsqueda de alguien que aplicara este método sin que fuese necesario ser deportista profesional, y para mi sorpresa encontré el método de Neurofeedback–EEG, cuya diferencia con el anterior estriba en que los sensores son electrodos que se sitúan en ambos hemisferios cerebrales (orejas y cuero cabelludo) para recibir la señal eléctrica que producen nuestras conexiones neuronales mediante un electroencefalograma (EEG) el cual mide continuamente estas señales y envía la información a un software informático, que a su vez, está conectado a la música del ordenador activándola y desactivándola.
¿Qué es lo que hace este sistema de Neurofeedback? Primero detecta cuáles son los parámetros de la actividad eléctrica encefálica óptimos para la persona, esto significa que mide cuáles son las frecuencias a la que funciona su cerebro cuando da su máximo rendimiento.
En base a esos parámetros, cada vez que detecta que el cerebro está funcionando fuera de ellos (se lo indica el electroencefalograma que está continuamente midiendo su actividad eléctrica encefálica) el programa interrumpe la música, y éste es el feedback que recibe el cerebro, indicándole que algo no funciona bien.
El cerebro sigue la ley natural de la continuidad, esto es, quiere que la música siga sonando, por ello rápidamente se reorganiza, corrigiendo las conexiones neuronales de forma que entren dentro de los parámetros que estableció como óptimos al inicio, reanudando así la música.
La suma de estas correcciones logran que el cerebro aprenda a funcionar en un estado óptimo estable, y la primera consecuencia positiva de este entrenamiento o aprendizaje cerebral (no-consciente y sin esfuerzo) es la reducción o eliminación de los síntomas de estrés. Además se mejora la capacidad de concentración, memoria y atención, así como también aumenta la capacidad de auto-regulación emocional.
Con este descubrimiento encontré la respuesta a mi pregunta inicial: efectivamente podemos aumentar nuestra tolerancia al estrés sin recurrir fármacos y ya no estamos obligados a cambiar de estilo de vida para no sufrir de estrés.
6 comentarios en «Entrena tu cerebro para aumentar tu tolerancia al estrés»
Buenos días África.
Muy interesante tu artículo. Mi pregunta es: ¿Dónde puedo realizar estas mediciones?, ¿Tengo que recurrir a la seguridad social o a alguna entidad privada? Muchas gracias.
Buenas tardes Mª José
este método no está integrado en la seguridad social. Yo ofrezco este servicio, tengo un programa que se llama REDUCCIÓN DE ESTRÉS http://www.africamartin.com/files/Reducci%C3%B3n%20estr%C3%A9s_0.pdf
Para cualquier consulta, puedes contactar conmigo por teléfono (646543271).
Gracias a ti por tu interés.
Saludos
África.
Me ha encantado la sencillez con la que explicas el programa y, el hecho de que sea basado en tu experiencia personal…simply: love it 🙂
Un abrazo, Cris
Hola África, me resulta super interesante tu artículo! Cmo bien dices, grandes dosis de estres bloquea la capacidad de las personas y eso es realmente lo que me está ocurriendo ahora mismo a mí, con gran carga electiva por superar en la universidad y no logro centrarme para conseguir el propósito. ¿Cómo podría canalizar mi estres de otra manera para que mi rendimiento sea óptimo?
Un cordial saludo
Berta
Buenas tardes Berta,
voy a facilitarte algunas herramientas para que regules tu nivel de estrés:
– realiza una relajación a diario, por lo menos de unos 15 minutos;
– trabaja tu nivel de autoconfianza en relación con la situación de reto a la que te enfrentas (esto se puede hacer por ejemplo recordando situaciones de éxito previas que hayas tenido en el mismo tipo de reto)
Si realizases el programa «Reducción de Estrés» que imparto, además del NEUROFEEDBACK-EEG trabajaríamos con una técnica de reprogramación del subconsciente para facilitar el cambio de tus reacciones (de estrés) en las situaciones concretas del reto.
un abrazo y ánimo!
Africa Martín
Hola Africa. Excelente trabajo.. No sé si te acuerdas de mi. Me gustaría que contactásemos y saber como te va la vida…
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